Dow Jones afloja y el oro corrige al cierre de 2025
Wall Street despide 2025 con una sesión de tono apagado y caídas moderadas, en contraste con un ejercicio que se salda con ganancias de dos dígitos en sus tres grandes índices. El Dow Jones retrocede en torno a un 0,24%, el S&P 500 cede un 0,24% y el Nasdaq cae alrededor de un 0,22%, todos ellos a escasa distancia de los máximos históricos marcados semanas atrás.
En paralelo, los inversores optan por asegurar beneficios en los metales preciosos, tras un año en el que el oro ha tocado máximos de 46 años y la plata ha protagonizado una subida récord. El movimiento coincide con el último tramo de una semana de bajo volumen y con la vista ya puesta en las grandes referencias de política monetaria y crecimiento para 2026.
La fotografía final del año combina varios vectores: la incertidumbre comercial ligada a los aranceles de Donald Trump, la “manía” por la inteligencia artificial, la debilidad acumulada del dólar y el desplome de la media anual del crudo hasta niveles no vistos desde 2020.
Con este telón de fondo, los mercados cierran página a uno de los ejercicios más intensos de la última década y encaran el nuevo año con la Reserva Federal, las tensiones geopolíticas y la maduración del “trade” de la IA como referencias clave.
Un cierre frío para un año de récords en Bolsa
La última sesión de 2025 deja caídas contenidas en Wall Street, más propias de una pausa técnica que de un giro de tendencia. El Dow Jones Industrial Average pierde 114,33 puntos, hasta 48.252,73 puntos (-0,24%); el S&P 500 se sitúa en 6.879,62 puntos, tras caer 16,62 puntos (-0,24%), y el Nasdaq Composite baja hasta 23.368,03 puntos, con un descenso de 0,22%.
Pese al retroceso intradía, los tres índices encadenan su tercer ejercicio consecutivo en positivo, una racha no vista desde el periodo 2019-2021, y el S&P 500 y el Dow registran ocho meses seguidos al alza, su mejor racha desde 2017. El balance anual se traduce en subidas de alrededor del 17% para el S&P 500, cerca de un 14% para el Dow y en torno al 20% para el Nasdaq.
El denominado “rally de Papá Noel” no ha terminado de materializarse: Wall Street encadena cuatro sesiones de descensos en un tramo final marcado por el bajo volumen y la toma de beneficios. Como resume un gestor, «en cualquier mercado alcista es perfectamente normal ver momentos de coste y recogida de beneficios cuando la liquidez es escasa».
Aranceles, IA y la montaña rusa de 2025
El año que se cierra ha estado atravesado por un hilo conductor claro: la combinación de choques políticos y euforia tecnológica. El momento de mayor tensión llegó en abril, con el anuncio de los aranceles de “Liberation Day” por parte de Donald Trump, que provocó un “sell-off” global y una salida temporal de flujos de la renta variable estadounidense.
Ese episodio se encadenó con una narrativa de debilidad del dólar, recortes de tipos en EE. UU. y un contexto de tarifas intermitentes, amenazas y exenciones que ha obligado a recalibrar constantemente las expectativas sobre costes, márgenes y crecimiento mundial.
Al mismo tiempo, el mercado ha convivido con una auténtica manía por la inteligencia artificial, que ha concentrado parte del riesgo en un puñado de grandes valores tecnológicos. El diagnóstico de los gestores es nítido: «los próximos dos años van a ir de la difusión de las capacidades de IA en toda la economía; pasar de ‘construir la tecnología’ a ‘usar la tecnología’ será clave desde el punto de vista inversor y macroeconómico».
El resultado es un ejercicio en el que ha sido “difícil encontrar un activo que lo haya hecho mal, más allá del dólar”, en palabras de otro estratega citado por el mercado.
Tecnología y ‘Magníficos’ tiran del S&P 500
Dentro de la renta variable estadounidense, el liderazgo del año ha correspondido de nuevo a la tecnología y a las grandes plataformas digitales. El índice sectorial de información tecnológica cede un 0,1% en la última sesión, lastrado por Microsoft (-0,4%) y Apple (-0,2%), pero sigue acumulando una revalorización de dos dígitos en 2025.
El “trade” de IA tiene en Nvidia su símbolo más visible: el fabricante de chips cierra el año con un avance cercano al 40% y se convierte en la primera compañía cotizada en alcanzar los 5 billones de dólares de capitalización bursátil.
El índice de servicios de comunicación emerge como el gran ganador del S&P 500 este año, impulsado por una subida superior al 65% en Alphabet, el mejor registro para el grupo desde 2009. A su estela, los fabricantes de memoria y almacenamiento como Micron Technology, Western Digital o Seagate han llegado a triplicar su valor en Bolsa.
En el extremo opuesto, compañías como FMC Corp y Fiserv cierran 2025 con caídas del 71% y el 67%, respectivamente, recordando que en un año de fuertes subidas generales también ha habido segmentos castigados.
Europa y emergentes: el año del relevo internacional
Fuera de Estados Unidos, las Bolsas internacionales han firmado un año sólido e, incluso, han superado en rendimiento a la renta variable estadounidense en varios tramos del ejercicio. El índice mundial de MSCI cae un 0,24% en la última sesión, pero se mantiene muy cerca de sus máximos históricos.
En Europa, el STOXX 600 cede un 0,08% y el FTSEurofirst 300 retrocede un 0,07%, ambos a escasa distancia de sus techos, tras un año apoyado en tipos de interés más bajos, en el impulso fiscal de Alemania y en una cierta rotación desde la tecnología estadounidense hacia sectores europeos de valor.
Los mercados emergentes firman también un cierre positivo, con el índice de referencia avanzando un 0,12% en la sesión y consolidando un ejercicio de recuperación. En Asia, el índice amplio de MSCI para la región (sin Japón) termina casi plano (+0,02%), mientras el Nikkei japonés corrige un 0,37% hasta los 50.339 puntos, tras un rally que lo llevó a encadenar su mejor subida anual desde 2023.
Como resumen un gestor citado en la sesión, «cuando miremos atrás a 2025, veremos que los mercados internacionales han dominado a la renta variable estadounidense, algo poco habitual y muy significativo».
Metales preciosos: recogida de beneficios tras un rally histórico
Si la renta variable ha sido protagonista, los metales preciosos han vivido un año excepcional. El oro cierra la última sesión con un retroceso del 0,54%, hasta los 4.322,91 dólares la onza, tras haber alcanzado durante el año un máximo de 46 años. La plata cae un 6,2%, hasta 71,67 dólares, en una corrección que llega después de un repunte sin precedentes.
Los analistas hablan de un proceso de “consolidación” más que de un cambio de tendencia: muchos inversores institucionales están realizando plusvalías tras un ejercicio en el que tanto oro como plata han cumplido su papel de cobertura frente a riesgos geopolíticos, inflación y debilidad del dólar.
Estos movimientos se han solapado con un contexto de tipos reales positivos y con una especial sensibilidad a cualquier pista sobre la trayectoria de la Fed. El comportamiento de los metales preciosos será uno de los focos a seguir en 2026, en función de cómo evolucionen la inflación, los tipos y los conflictos abiertos en Europa del Este y Oriente Próximo.
Dólar débil y tipos al alza: la Fed, en el centro
En el tramo final del año, los rendimientos de la deuda estadounidense repuntan apoyados en unos datos de empleo mejores de lo esperado. Las peticiones semanales de desempleo han registrado una caída inesperada, lo que ha impulsado el rendimiento del Treasury a 10 años hasta el 4,138%, apenas 1 punto básico por encima del cierre previo.
El bono a 30 años sube hasta el 4,819%, mientras que el 2 años, más sensible a las expectativas de la Fed, se sitúa en el 3,459%, también ligeramente por encima de la sesión anterior.
En divisas, el índice dólar (DXY) avanza un 0,16% hasta 98,39 puntos, pero se encamina a cerrar el que será uno de sus peores años de la última década, lastrado por los recortes de tipos, la preocupación por los déficits fiscales y la incertidumbre arancelaria. El euro retrocede hasta 1,1732 dólares, mientras que el billete verde se fortalece frente al yen hasta 156,82.
De cara a 2026, el mercado seguirá de cerca la normalización del flujo de datos macro tras el cierre gubernamental más largo de la historia y el relevo inminente al frente de la Fed, con el mandato de Jerome Powell entrando en su tramo final. La expectativa de un nuevo presidente más dovish se ha incorporado ya, en parte, a los precios.
Petróleo barato y señales mixtas desde la economía real
En materias primas energéticas, el petróleo despide el año con descensos moderados pero con un dato relevante: el precio medio anual tanto del Brent como del WTI es el más bajo desde 2020. En la última sesión, el WTI cae un 0,21% hasta 57,83 dólares por barril, mientras el Brent retrocede un 0,16% hasta 61,23 dólares.
Detrás de estos niveles hay una combinación de preocupaciones por la oferta, con señales de exceso de producción en algunos tramos, y de riesgos geopolíticos que no han llegado a traducirse en cortes duraderos de suministro. El resultado ha sido un crudo relativamente barato en comparación con los picos registrados durante la crisis energética posterior a la pandemia.
En el frente de la economía real, los indicadores apuntan a una desaceleración contenida, con un mercado laboral que se enfría pero sin señales de recesión inminente. El comportamiento del petróleo y de otros commodities será clave para calibrar si el mundo entra en una fase de crecimiento moderado con inflación controlada o si resurgen presiones inflacionistas ligadas a nuevas tensiones de oferta.
Los protagonistas de la última sesión: Nike y Vanda
En el plano corporativo, la última sesión del año deja algunos movimientos destacados. Nike sube alrededor de un 4% después de que su consejero delegado, Elliott Hill, comprara acciones de la compañía por valor de 1 millón de dólares, una señal que el mercado interpreta como confianza interna en el potencial del valor.
En el sector farmacéutico, Vanda Pharmaceuticals se dispara un 27% tras recibir el visto bueno de la FDA estadounidense para su fármaco contra el mareo por movimiento, lo que abre una nueva vía de ingresos para la compañía.
En el segmento cripto, el bitcoin cae un 0,83% hasta 87.474 dólares, mientras que Ethereum avanza un 0,22%, hasta 2.972 dólares, en una jornada de descensos selectivos tras las fuertes oscilaciones de las últimas semanas.
El conjunto de la sesión se desarrolla en un entorno de volúmenes reducidos, con los valores bajistas superando a los alcistas por 2,77 a 1 en la NYSE y 1,87 a 1 en el Nasdaq. El S&P 500 registra solo dos máximos anuales y ningún mínimo, mientras el Nasdaq anota 23 máximos y 158 nuevos mínimos, un reflejo de la rotación interna bajo la superficie de unos índices que, pese al tropiezo de fin de año, cierran 2025 como uno de los mejores ejercicios de la era post-covid.
