La IEA eleva la previsión de crecimiento de la demanda mundial de petróleo
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) revisó al alza su estimación de crecimiento de la demanda global de petróleo para 2025, situándola en 830.000 barriles diarios, frente a los 710.000 previstos el mes pasado. También mejoró sus proyecciones para 2026, mientras que rebajó las expectativas de oferta y alertó de un retroceso significativo en la producción mundial durante noviembre, impulsado sobre todo por los recortes y sanciones que afectan a miembros de la OPEP+.
La demanda global repunta con fuerza para 2025 y 2026
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) ha publicado su informe mensual en el que revisa significativamente al alza sus expectativas de demanda mundial de petróleo para los próximos dos años. Para 2025, la agencia prevé ahora un aumento del consumo global de 830.000 barriles diarios (bpd), una cifra que supera los 710.000 bpd estimados en su informe anterior. La revisión refleja un mayor uso de materias primas petroquímicas, especialmente en economías asiáticas, y un entorno industrial más dinámico de lo esperado.
Asimismo, la previsión de crecimiento de la demanda para 2026 también se eleva, situándose en 860.000 bpd. La IEA subraya que la aceleración del consumo estará impulsada por la expansión del sector petroquímico, el transporte y un repunte progresivo en mercados emergentes, pese a la transición energética en curso.
Recorte en la previsión de oferta: menor crecimiento del esperado
La agencia ha decidido recortar en 100.000 barriles diarios su previsión de crecimiento de la oferta mundial de petróleo para 2025, que pasa ahora a situarse en 3 millones de bpd. La razón principal es el menor ritmo de expansión de algunos productores clave, unido al impacto de sanciones internacionales.
En cuanto a 2026, la IEA mantiene expectativas de crecimiento de la oferta en 2,4 millones de bpd, apoyadas en una mayor producción prevista en países no OPEP y en proyectos de expansión ya en marcha. Sin embargo, el organismo advierte de que los riesgos geopolíticos y las decisiones estratégicas de la OPEP+ podrían alterar la trayectoria proyectada.
Caída de la producción mundial durante noviembre
En su análisis más inmediato, la IEA destaca que la oferta global de petróleo cayó en noviembre en 610.000 bpd, prolongando un descenso acumulado de 1,5 millones de bpd desde el máximo histórico registrado en septiembre. Este retroceso ha sido protagonizado en gran parte por los países de la alianza OPEP+.
Según el informe, más del 75% del descenso procedió de esta coalición, con especial impacto de Rusia y Venezuela, cuyas producciones están condicionadas por las sanciones internacionales y las limitaciones tecnológicas y financieras que afrontan ambas economías.
El informe apunta también a la existencia de interrupciones puntuales, trabajos de mantenimiento y restricciones logísticas que han afectado temporalmente a otros productores relevantes, aunque no con la intensidad observada en el bloque liderado por Arabia Saudí.
Un equilibrio global sujeto a tensiones geopolíticas
El contraste entre una demanda al alza y una oferta que crece por debajo de lo previsto abre un escenario de posible presión alcista sobre los precios en los próximos trimestres, aunque la IEA insiste en que el mercado sigue contando con inventarios relativamente elevados y con la capacidad de ajuste de la OPEP+ como factor estabilizador.
El organismo remarca, no obstante, que el panorama está marcado por una elevada incertidumbre geopolítica. Las tensiones en Oriente Medio, el impacto de sanciones sobre productores estratégicos y los recientes episodios de inestabilidad en rutas marítimas clave podrían alterar las previsiones tanto de oferta como de demanda.
Perspectivas para los próximos meses
Aunque la demanda para 2025 y 2026 apunta a crecer a un ritmo moderado, la IEA señala que el mercado petrolero se encuentra en un punto de transición estructural. La combinación de nuevas políticas climáticas, mayor inversión en renovables y cambios en la movilidad seguirá influyendo en el consumo a largo plazo.
En el corto plazo, la agencia espera que la interacción entre la política de la OPEP+, el dinamismo del sector petroquímico y la evolución macroeconómica global determinen la dirección de los precios y la balanza del mercado en los próximos meses.
