¿Wall Street en euforia? El Dow Jones se dispara más de 100 puntos tras el respiro de la inflación y roza máximos históricos
En Wall Street, el alivio por la inflación se ha traducido en algo más que titulares: el Nasdaq y el S&P 500 han cerrado en máximos de un mes, impulsados por la expectativa casi unánime de que la Reserva Federal recorte los tipos de interés la próxima semana. No es un rally explosivo, pero sí un paso más en un giro de sentimiento que muchos inversores ven como el inicio de una nueva fase de mercado.
Inflación bajo control (de momento) y la Fed en el centro del tablero
La clave de la sesión estuvo en el dato de inflación PCE, el indicador favorito de la Fed. En septiembre:
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El índice general PCE subió un 0,3% mensual, igual que en agosto.
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En tasa interanual, pasó del 2,7% al 2,8%, en línea con lo esperado.
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La inflación subyacente (sin alimentos ni energía) repuntó un 0,2% mensual, también en línea con los dos meses previos.
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En tasa anual, la subyacente bajó ligeramente del 2,9% al 2,8%.
Nada de sorpresas desagradables, y eso, en un contexto tan sensible, es casi una buena noticia en sí misma. El mensaje implícito: la inflación sigue algo por encima del objetivo del 2%, pero se mueve en una zona manejable y, sobre todo, sin rebrotes bruscos.
Con este escenario, los futuros sobre tipos ya descuentan con más del 85% de probabilidad un recorte de 0,25 puntos en la reunión de la Fed. El mercado da casi por hecho el movimiento; lo que realmente importará será el tono del comunicado y las pistas sobre 2026, cuando se esperan más recortes y, además, el nombramiento de un nuevo presidente de la Reserva Federal por parte de Donald Trump.
Índices en verde y máximos de un mes
Los grandes índices cerraron la sesión del viernes con subidas moderadas, pero suficientemente sólidas como para marcar nuevos máximos de las últimas cuatro semanas:
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Dow Jones: +0,2% (unos 104 puntos)
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S&P 500: +0,2%
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Nasdaq: +0,3%
En el cómputo semanal, las ganancias también fueron positivas:
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Nasdaq: +0,9%
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Dow Jones: +0,5%
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S&P 500: +0,3%
No son cifras espectaculares, pero tienen un mensaje claro: el mercado se está colocando en posición de “espera optimista” antes del anuncio de la Fed, más pendiente de 2026 y del ciclo de bajadas de tipos que de los miedos a corto plazo.
Los grandes beneficiados: sectores sensibles a los tipos
El alivio en inflación y la expectativa de tipos más bajos han favorecido a los sectores que más sufren cuando el dinero se encarece:
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Aerolíneas y transporte:
El Dow Jones Transportation, que agrupa compañías de aerolíneas, ferrocarriles y camiones, subió un 3,6% en la semana. Menos coste de financiación y un posible empujón al consumo son una combinación muy atractiva para este segmento. -
Small caps:
El índice Russell 2000, que refleja el comportamiento de las pequeñas compañías estadounidenses, avanzó un 0,8% semanal. Estas empresas suelen estar más expuestas a la economía doméstica y a las condiciones crediticias, por lo que se benefician de cualquier expectativa de tipos más bajos. -
Tecnología y hardware:
Las acciones de hardware informático extendieron las fuertes subidas del día anterior y el índice sectorial avanzó cerca de un 1,7%. También se vio solidez en semiconductores, software y redes, apoyados en la narrativa persistente del boom de la inteligencia artificial.
En el lado negativo, las acereras y el sector del acero registraron caídas destacadas, reflejando dudas sobre la actividad industrial y el impacto de los aranceles, que siguen siendo un lastre para el sector manufacturero.
Bonos a la baja, rentabilidades al alza
Mientras la renta variable parecía celebrarlo todo con calma, el mercado de bonos se movió en la dirección contraria:
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El rendimiento del Treasury a 10 años subió hasta alrededor del 4,14%, tras encadenar varios días de ventas.
Que suba la rentabilidad justo cuando el mercado espera un recorte de tipos puede parecer contradictorio, pero responde a varios factores:
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Los bonos venían de un rally previo importante; muchos inversores optan por recoger beneficios.
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El mercado calibra no solo el recorte de la próxima semana, sino el ritmo de futuras bajadas y el riesgo de que la inflación tarde más de lo previsto en converger al 2%.
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La debilidad persistente del sector manufacturero se combina con cifras que no pintan una recesión inmediata, lo que limita el margen para que los rendimientos caigan en vertical.
Datos mixtos: industria débil, consumo algo más animado
En el frente macro, el panorama sigue siendo complejo:
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El índice manufacturero del ISM encadenó su noveno mes de contracción, lastrado por pedidos débiles y el efecto persistente de los aranceles.
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En cambio, la confianza del consumidor repuntó por primera vez en cinco meses, ayudada por la percepción de que la inflación va a menos, aunque el mercado laboral muestra señales de enfriamiento.
La Fed todavía tendrá un dato clave más sobre la mesa antes de decidir: el informe JOLTS de ofertas de empleo. El dato de nóminas de noviembre, en cambio, llegará después de la reunión, por lo que tendrá más influencia en las decisiones de 2026 que en la inmediata.
Bitcoin cede terreno mientras la renta variable se apoya en la Fed
En el mundo cripto, el tono fue bastante más sombrío. Bitcoin cayó por debajo de los 90.000 dólares, quedándose alrededor de un 29% por debajo de su máximo histórico de principios de octubre, por encima de los 126.000 dólares.
Tras varios meses de euforia, la combinación de:
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subida de rentabilidades en bonos,
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menor apetito por riesgo extremo
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y liquidaciones de posiciones apalancadas
ha pasado factura a los activos digitales. Mientras tanto, las bolsas tradicionales se benefician del relato inverso: menos tipos, más valoraciones y más tiempo para que el ciclo de beneficios se recupere.
Optimismo contenido… pero optimismo al fin y al cabo
Entre los gestores, la narrativa que se impone no es de euforia, pero sí de optimismo vigilante:
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La posible bajada de tipos,
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el impacto de los recortes de impuestos del Gobierno,
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y la inversión masiva en infraestructura de inteligencia artificial
se perciben como los tres grandes motores de cara a 2026. El riesgo evidente sigue siendo el mismo: que la inflación se reavive si la Fed se mueve demasiado rápido, o que el mercado laboral se deteriore más de lo previsto.
Por ahora, sin embargo, el balance es claro:
menor miedo a la inflación + alta probabilidad de recorte de tipos = índices cerca de máximos y un mercado que, aunque avance a pequeños pasos, prefiere mirar hacia adelante.


