IBM y Cisco se lanzan a crear la primera red mundial de computación cuántica
IBM y Cisco anunciaron un acuerdo histórico para desarrollar, antes de la próxima década, una red distribuida de computadoras cuánticas a gran escala. El objetivo: construir la arquitectura base del futuro “internet cuántico”, un ecosistema capaz de interconectar procesadores cuánticos, aumentar exponencialmente su potencia y blindar las comunicaciones ante amenazas digitales de próxima generación.
El anuncio conjunto de IBM y Cisco marca un hito en la evolución de la computación cuántica. Las dos compañías han firmado un acuerdo de colaboración para desarrollar, de aquí a inicios de los años 2030, una infraestructura de quantum networking que permitirá conectar múltiples ordenadores cuánticos en una misma red distribuida. Un paso que, según ambas empresas, será decisivo para escalar la capacidad de cálculo más allá de los límites actuales.
La estrategia es clara: unir la experiencia de IBM en hardware cuántico utilizable y el liderazgo de Cisco en redes avanzadas, especialmente en tecnologías resistentes a ataques cuánticos. El propósito no es solo ampliar la potencia de las máquinas cuánticas, sino también diseñar la arquitectura que podría convertirse en el embrión de un futuro internet cuántico global.
Jay Gambetta, Director de IBM Research y IBM Fellow, lo resumió con contundencia:
“Explorar cómo vincular varios computadores cuánticos en una red distribuida nos permitirá escalar aún más el poder de la computación cuántica. Esta visión empujará los límites de lo que pueden lograr dentro de arquitecturas de alto rendimiento.”
Un salto sin precedentes en la cooperación industrial
IBM lleva más de una década construyendo procesadores cuánticos funcionales, alcanzando hitos como el desarrollo de chips con cientos de qubits. Cisco, por su parte, ha avanzado en protocolos de comunicación cuántica y sistemas de red capaces de soportar entornos híbridos, donde conviven flujos de datos clásicos y cuánticos.
La unión no solo suma capacidades: abre la puerta a un nuevo modelo de computación, donde varios sistemas cuánticos distribuidos cooperen como nodos en una superred global. En otras palabras, la potencia ya no dependerá de un único ordenador, sino de la capacidad de enlazar muchos de ellos.
¿Por qué importa esta alianza?
Las aplicaciones potenciales de una red cuántica van desde la simulación molecular avanzada hasta la resolución de problemas de optimización que hoy son intratables. Pero, sobre todo, promete revolucionar la seguridad digital.
El avance del hardware cuántico implica que, tarde o temprano, los algoritmos criptográficos actuales quedarán obsoletos. El proyecto IBM–Cisco busca adelantarse a este escenario con tecnologías quantum-safe, diseñadas para resistir ataques de ordenadores cuánticos.
Para gobiernos, bancos, grandes corporaciones y servicios críticos, este proyecto no es solo una innovación: es un escudo estratégico frente a la próxima era de ciberamenazas.
Las piezas del futuro internet cuántico
Según han explicado ambas compañías, los pilares del proyecto serán:
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Interconexión cuántica fiable entre máquinas situadas en distintos puntos geográficos.
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Protocolos de comunicación cuántica resistentes a errores y pérdidas en largas distancias.
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Arquitecturas híbridas HPC/cuánticas, que permitan combinar supercomputación clásica con cálculos cuánticos.
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Estándares de seguridad quantum-safe para proteger los datos en tránsito y almacenamiento.
Si estos elementos se integran con éxito, no solo se construirá una red cuántica: se generará una nueva capa de internet, con aplicaciones industriales, científicas y gubernamentales de enorme alcance.
Una década decisiva
El compromiso apunta al inicio de los años 2030, una fecha que coincide con las previsiones de la industria sobre el despegue del hardware cuántico comercial. A falta de regulaciones claras y estándares globales, la alianza entre IBM y Cisco podría influir decisivamente en la gobernanza tecnológica del sector.
Este movimiento demuestra que la carrera por la computación cuántica ya no va solo de procesadores: va de redes, interoperabilidad y seguridad global. Y el jugador que controle la infraestructura del internet cuántico controlará buena parte del futuro digital.
