El esquema podría cerrarse en días, dentro de un plan de 28 puntos negociado con Moscú

La Casa Blanca ve posible un marco de paz Rusia-Ucrania esta semana

Un marco de paz entre Ucrania y Rusia podría quedar acordado «tan pronto como esta semana» o, a más tardar, la próxima, según un alto cargo de la Casa Blanca citado por Politico. El funcionario sostiene que, si se cierra ese esquema, significará que tanto Volodímir Zelenski como Vladímir Putin estarán «a bordo» de la idea de poner fin a la guerra, aunque aún no se firme un tratado definitivo. La iniciativa se inscribe en un plan de 28 puntos elaborado por Washington en consulta con Moscú y que el enviado especial estadounidense Steve Witkoff intenta ahora que Kiev acepte, de acuerdo con informaciones adelantadas por Axios y recogidas por otros medios internacionales.

EPA/SERGEY DOLZHENKO (L) / EPA/SERGEI ILNITSKY (R)
EPA/SERGEY DOLZHENKO (L) / EPA/SERGEI ILNITSKY (R)

En paralelo a estas filtraciones, la ofensiva rusa continúa sobre el terreno y mantiene la presión militar y política sobre Kiev, mientras las capitales europeas siguen de cerca unas conversaciones en las que, por ahora, su papel directo parece limitado.

Contactos discretos

Según las informaciones difundidas por Politico y reproducidas por varios medios, el equipo de Donald Trump confía en que un marco para poner fin al conflicto pueda ser acordado por todas las partes antes de que termine el mes de noviembre, con la posibilidad de que el entendimiento se cierre incluso esta misma semana.

El plan se ha negociado de forma discreta entre representantes estadounidenses y rusos, y se presentaría a Ucrania como una propuesta prácticamente cerrada. De acuerdo con estas versiones, Washington considera que la combinación de presión militar rusa y desgaste interno por casos de corrupción coloca a Zelenski en una posición en la que le resultaría difícil rechazar un esquema que la Casa Blanca describe como «razonable».

El papel de Witkoff

El diseño del plan está liderado por el enviado especial estadounidense Steve Witkoff, que actúa como principal interlocutor tanto con Moscú como con Kiev. Reuters, citando a fuentes de Axios, señala que Witkoff ha discutido el documento «extensamente» con el enviado ruso Kirill Dmitriev, figura clave en la interlocución del Kremlin con la Administración estadounidense.

Además de las conversaciones con Rusia, Witkoff habría mantenido contactos recientes con el entorno de Zelenski, incluido el asesor de seguridad Rustem Umerov, para sondear la disposición ucraniana ante el borrador de acuerdo. Washington también habría comenzado a informar de manera preliminar a algunos aliados europeos sobre el contenido general del plan, aunque sin involucrarlos directamente en la redacción.

Un plan de 28 puntos

El documento en preparación se describe como una hoja de ruta de 28 puntos, inspirada en el esquema que la Casa Blanca utilizó previamente para impulsar un alto el fuego en Gaza. De acuerdo con esas filtraciones, el plan se estructura en cuatro grandes capítulos: paz en Ucrania, garantías de seguridad para Kiev, seguridad en Europa y relaciones futuras de Estados Unidos con Rusia y Ucrania.

Todavía no han trascendido detalles sobre los asuntos más sensibles, como el estatus de los territorios ocupados o las condiciones exactas de seguridad para Ucrania una vez concluido el conflicto. Varios medios subrayan, sin embargo, que el esquema perseguiría un alto el fuego estable y un marco de seguridad regional que evite una reanudación inmediata de las hostilidades.

Kiev y Moscú ante el marco de paz

Las informaciones disponibles apuntan a que ni Ucrania ni los principales aliados europeos han participado de forma directa en la elaboración del plan, que hasta ahora se habría negociado principalmente entre Washington y Moscú. Politico y la agencia rusa TASS destacan que el borrador «aparentemente» no incorpora aportaciones formales de Kiev ni de las capitales europeas.

Desde el lado ruso, el portavoz presidencial Dmitri Peskov ha señalado que la posición del Kremlin sobre las negociaciones sigue siendo la misma que tras la cumbre de Alaska entre Trump y Putin, y ha negado que exista, por el momento, un nuevo paquete de propuestas consensuado con Washington más allá de lo ya acordado entonces.

Reacciones y dudas entre los aliados

En Europa, la filtración del plan ha reavivado el debate sobre el grado de influencia de los aliados en un eventual cierre de la guerra. Mientras Washington sostiene que está empezando a informar a socios europeos y ucranianos sobre la iniciativa, otros medios subrayan que las principales capitales del continente no estarían participando en la fase de diseño, lo que alimenta recelos sobre el resultado final.

Al mismo tiempo, organizaciones y analistas subrayan que el éxito de cualquier marco de paz dependerá de su aceptación social en Ucrania, de las garantías de cumplimiento por parte de Rusia y del encaje del acuerdo en la arquitectura de seguridad europea, muy tensionada desde la invasión de 2022. La percepción de que el plan se ha cocinado principalmente entre Washington y Moscú podría complicar su legitimidad política si no se corrige en las próximas fases.

Escenario abierto

A falta de conocer el contenido íntegro del borrador y la respuesta oficial de Kiev, el eventual acuerdo de un marco de paz supondría el avance diplomático más significativo desde el inicio de la guerra, pero no garantizaría por sí mismo un alto el fuego inmediato ni una solución definitiva al conflicto. El propio alto cargo de la Casa Blanca citado por Politico admite que se trata de un «framework» inicial sobre el que aún habría que negociar detalles políticos, militares y territoriales.

El desenlace dependerá de si Ucrania, Rusia y los aliados occidentales aceptan un esquema que equilibre las exigencias de seguridad, las realidades sobre el terreno y las líneas rojas de cada capital. En todo caso, el movimiento revela que Washington y Moscú aceleran sus contactos para explorar una salida al conflicto, en un momento en que la guerra sigue causando víctimas y desgastando recursos, y deja en manos de las próximas semanas la confirmación de si ese «marco de paz» se traduce o no en un verdadero acuerdo.

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