6 muertos en un ataque ruso masivo: denuncia Zelenski
Un nuevo bombardeo ruso sobre Ucrania ha dejado al menos seis muertos y 17 heridos en varias regiones del país, según informó el presidente Volodymyr Zelenski. El ataque, que afectó a infraestructuras energéticas y zonas residenciales en Kiev, Odesa y Zaporiyia, refuerza la tensión militar y política a las puertas del invierno. Zelenski ha pedido a la Unión Europea y al G7 que respondan con un nuevo paquete de sanciones “fuertes y decisivas” contra Rusia.
Ucrania amaneció el miércoles bajo una nueva ola de ataques rusos que dejó un rastro de destrucción en varias de sus principales regiones. El presidente Volodymyr Zelenski confirmó que seis personas murieron, entre ellas dos niños, y otras 17 resultaron heridas en una ofensiva que tuvo como principal objetivo la infraestructura energética del país. “Las palabras rusas sobre diplomacia no significan nada mientras sus líderes no perciban consecuencias reales”, advirtió el mandatario en una publicación en X (antes Twitter).
Los bombardeos se produjeron durante la madrugada, alcanzando instalaciones críticas en Kiev, Odesa y Zaporiyia, además de impactar en zonas residenciales. Según el Ministerio del Interior ucraniano, varios misiles y drones kamikaze Shahed fueron interceptados por las defensas antiaéreas, aunque una parte logró atravesar el escudo de defensa. En la capital, fragmentos de misiles cayeron sobre edificios de viviendas, provocando incendios y cortes de electricidad en distintos distritos.
El ataque se enmarca en una escalada de presión por parte de Moscú sobre la red energética ucraniana, una táctica que Rusia ha intensificado desde el inicio del otoño. El objetivo, según analistas militares, sería debilitar la capacidad del país para afrontar el invierno y minar la moral de la población civil. La empresa estatal Ukrenergo confirmó que varios nodos de distribución eléctrica fueron dañados, afectando el suministro en algunas regiones del sur y el este.
Zelenski aprovechó el incidente para reiterar su llamado a la comunidad internacional, especialmente a la Unión Europea, para que acelere la adopción de un nuevo paquete de sanciones. “Necesitamos que Europa dé un paso más. También contamos con sanciones firmes de Estados Unidos y el G7, de todos aquellos que realmente buscan la paz”, afirmó el presidente. Fuentes diplomáticas en Bruselas indicaron que el bloque ya discute nuevas medidas dirigidas al sector energético y financiero ruso, en coordinación con Washington.
El Ministerio de Defensa ruso no ha hecho comentarios sobre los ataques, aunque en anteriores ocasiones ha insistido en que sus operaciones militares se dirigen exclusivamente contra objetivos “estratégicos y militares”. Sin embargo, los hechos sobre el terreno vuelven a demostrar lo contrario. Según datos de la ONU, más del 40 % de las víctimas civiles registradas en Ucrania este año se han producido durante ataques a infraestructuras no militares.
La nueva oleada de bombardeos llega en un momento de alta sensibilidad diplomática. Ucrania espera una nueva ronda de apoyo financiero de la Unión Europea, mientras los países del G7 debaten un posible incremento del precio tope al petróleo ruso. Para Kiev, la presión económica es tan importante como la militar. “Cuantas más sanciones enfrente Rusia, más cerca estaremos de una paz real”, dijo Zelenski.
Las autoridades ucranianas advirtieron que podrían producirse cortes programados de energía en las próximas horas para evitar sobrecargas en la red. La población, por su parte, vuelve a prepararse para un invierno incierto, con refugios reforzados, generadores portátiles y una moral que, pese al cansancio, no parece quebrarse.
El ataque de este miércoles es uno de los más intensos desde el verano y refleja la continuidad de una guerra que entra en su tercer invierno sin señales de alto el fuego. Mientras el Kremlin sigue apostando por la presión militar, Ucrania confía en el apoyo de sus aliados para resistir otro golpe más a su infraestructura y a su población.