Avería del sistema de pasaportes provoca retrasos en aeropuertos de Australia
La Australian Border Force (ABF) ha confirmado este domingo una caída del sistema electrónico de control de pasaportes en varios aeropuertos del país, lo que está provocando retrasos en los viajes internacionales. Los aeropuertos de Melbourne y Sídney son los más afectados, mientras que otros, como Adelaida, no han llegado a sufrir la incidencia. Ante el fallo informático, las autoridades han pasado a procesar manualmente a los pasajeros, lo que ha ralentizado colas y tiempos de paso por frontera.
Un fallo nacional en el sistema electrónico de pasaportes
La Australian Border Force (ABF) informó de que los aeropuertos de todo el país se han visto afectados por una avería en el sistema nacional de procesamiento electrónico de pasaportes. El problema, detectado en la mañana del domingo, ha tenido un impacto directo en los viajeros internacionales, que se han encontrado con colas más largas de lo habitual y tiempos de espera prolongados en los controles fronterizos.
El sistema caído gestiona el escaneo y verificación automatizada de documentos de viaje en los puntos de entrada y salida del país. Su interrupción obliga a regresar a procedimientos más lentos, basados en la comprobación manual de pasaportes y visados por parte de los agentes de fronteras.
Melbourne y Sídney, los aeropuertos más afectados
Aunque la incidencia se ha catalogado como un fallo a nivel nacional, no todos los aeropuertos se han visto afectados por igual. Según la ABF, los aeródromos de Melbourne y Sídney han sufrido el mayor impacto, con largas filas de pasajeros en las zonas de llegada y salida internacional, así como retrasos acumulados en algunos vuelos.
En cambio, otros aeropuertos han experimentado una afectación mucho menor o nula. Es el caso de Adelaida, que según las autoridades locales no ha registrado la caída del sistema, pudiendo operar con relativa normalidad en los controles de pasaporte. Esta disparidad se debería a diferencias en la infraestructura local y en la forma en que se integran los sistemas de cada aeropuerto con la plataforma nacional.
Controles manuales para mantener el flujo de pasajeros
Ante la caída del sistema, el aeropuerto de Melbourne explicó a la cadena pública australiana ABC que los agentes de la ABF han pasado a procesar manualmente a los viajeros. Esto implica revisar uno a uno los pasaportes, estampar sellos y realizar verificaciones adicionales de forma presencial, un procedimiento mucho más lento que el habitual paso por las puertas electrónicas.
Las autoridades han reforzado el personal de control fronterizo y han habilitado todos los mostradores disponibles para reducir las esperas. Aun así, se advierte a los pasajeros que acudan con mayor antelación de la habitual a los aeropuertos afectados y que sigan las indicaciones del personal en las zonas de control.
Recomendaciones para los viajeros internacionales
Mientras se trabaja en la recuperación total del sistema, la ABF recomienda a los viajeros:
- Llegar al aeropuerto con tiempo extra para completar los trámites de salida o entrada.
- Tener el pasaporte y la documentación de viaje preparados antes de llegar al mostrador.
- Comprobar con las aerolíneas posibles cambios de horario o ajustes en las operaciones.
Las aerolíneas, por su parte, están coordinando con las autoridades aeroportuarias eventuales retrasos en embarques y avisando a los pasajeros a través de mensajes y aplicaciones móviles.
Un recordatorio de la dependencia tecnológica en las fronteras
El incidente vuelve a poner de relieve la fuerte dependencia tecnológica de los sistemas de control fronterizo. La automatización ha permitido agilizar el paso de millones de personas al año, pero fallos como este muestran cómo una sola avería puede traducirse en retrasos masivos y cadenas de inconvenientes para viajeros y compañías aéreas.
La ABF no ha proporcionado todavía detalles técnicos sobre la causa del fallo ni un plazo exacto para la restauración completa del servicio, pero ha insistido en que la prioridad es mantener la seguridad en las fronteras y, al mismo tiempo, minimizar los trastornos para los pasajeros internacionales.