Mundial 2026 y obra pública

Sheinbaum se la juega: México promete entregas a tiempo para el Mundial 2026

La presidenta Claudia Sheinbaum reafirma que las obras federales llegarán a tiempo para la Copa del Mundo de 2026. Entre los compromisos, la remodelación del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México por 489 millones de dólares, la conexión ferroviaria con el AIFA y la puesta a punto del Estadio Azteca, sede del partido inaugural. México acogerá 13 encuentros —cinco en la capital— y encara la recta final entre expectativas de derrama económica y críticas por prioridades presupuestarias.

Vista aérea del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, una de las infraestructuras clave para el Mundial 2026 en México.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
Sheinbaum se la juega: México promete entregas a tiempo para el Mundial 2026

El reloj del Mundial corre y México decide apretarlo desde el Boletín Oficial: Claudia Sheinbaum ha reiterado que los proyectos clave estarán listos para junio de 2026, con un mensaje que combina promesa de puntualidad y apuesta por legado. El ancla financiera más visible es el paquete de 489 millones de dólares para modernizar el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, intervención que incluye mejoras en terminales e instalaciones críticas para absorber picos de tráfico durante el torneo. La cifra, confirmada por la propia presidencia, busca despejar dudas sobre capacidad operativa y seguridad en la principal puerta de entrada al país.

La mirada del planeta fútbol aterrizará primero en el Estadio Azteca: la FIFA ha programado el partido inaugural para el 11 de junio de 2026 en Ciudad de México, una decisión que obliga a una remodelación de fondo del coloso de Tlalpan. Los trabajos —orientados a cumplir estándares de hospitalidad, accesibilidad y operación— han estado bajo lupa, pero el plan oficial apunta a reapertura previa al torneo tras una puesta a punto intensiva. Con ello, la capital no solo abre el Mundial: también concentrará cinco de los 13 partidos asignados a México, mientras Guadalajara y Monterrey se reparten los ocho restantes. 

La movilidad será el otro examen mayor. El gobierno federal ha vuelto a poner fecha de llegada al tren de pasajeros que conectará el AIFA con Buenavista, en el corazón de la capital, con la promesa de ofrecer una alternativa eficiente al traslado por carretera en días de alta demanda. El proyecto, vital para descongestionar accesos y sincronizar tiempos de vuelo con flujos urbanos, llega con historial de retrasos y ajustes; aun así, la instrucción oficial es que opere de cara al torneo. La señal política es clara: la Copa debe viajar sobre rieles y no atascarse en los accesos al nuevo aeropuerto. 

En paralelo al frente de obra dura, el AICM avanza en trabajos de remodelación, según reportes sectoriales, pese a un entorno de decisiones complejas con Estados Unidos en materia aérea. La prioridad es ganar resiliencia y experiencia de usuario en un activo que ya opera al límite en temporadas altas. Es la misma lógica que guía las adecuaciones en sedes y espacios públicos pensados para fan zones, con el objetivo de escalar servicios sin comprometer seguridad ni operación cotidiana. 

El argumento económico que sostiene el plan descansa en el impacto turístico y de consumo: estimaciones recientes sitúan en más de 5,5 millones los visitantes adicionales en el país por efecto del Mundial, con expectativas de ingresos significativos para el sector servicios. Ese horizonte de derrama ayuda a justificar el esfuerzo inversor, aunque no disipa por completo la crítica sobre prioridades presupuestarias en un país con rezagos sociales. La discusión no es solo contable, es estratégica: invertir para el evento o invertir para el después. La respuesta del gobierno es que aquí se hace ambas cosas a la vez. 

Con la cuenta atrás en marcha, el éxito ya no se medirá solo en goles. México se juega credibilidad logística, capacidad de coordinación interinstitucional y reputación de destino. Si el AICM estrena mejoras a la altura, el tren al AIFA llega a tiempo y el Azteca abre sus puertas con estándar FIFA, el país habrá cumplido algo más que un calendario: habrá convertido un reto extremo en palanca de modernización. El partido, por ahora, se juega al límite del cronómetro. 

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