El Gobierno de Trump abre parte de su arsenal atómico a empresas privadas para impulsar la energía nuclear en medio del auge de la demanda eléctrica

EE.UU. libera plutonio de la Guerra Fría: las nucleares podrán acceder a material militar para nuevos reactores

El Departamento de Energía de Estados Unidos ha abierto oficialmente las solicitudes para que compañías nucleares privadas puedan acceder a plutonio apto para armas, procedente de los antiguos arsenales de la Guerra Fría, según adelantó el Financial Times. La medida permitirá utilizar hasta 19 megatoneladas del material, que podrá reconvertirse en combustible para reactores avanzados, en lo que se considera un paso histórico hacia la expansión del sector nuclear civil.

EPA/JIM LO SCALZO
EPA/JIM LO SCALZO EE.UU. libera plutonio de la Guerra Fría: las nucleares podrán acceder a material militar para nuevos reactores

El nuevo programa, anunciado este lunes por el Departamento de Energía (DOE), forma parte de un ambicioso plan de la administración de Donald Trump para revitalizar la industria nuclear estadounidense y responder al aumento sostenido de la demanda eléctrica global.

Según el documento filtrado por el Financial Times, la iniciativa autoriza a las empresas interesadas a solicitar hasta 19 megatoneladas de plutonio de grado armamentístico, almacenado desde la Guerra Fría en instalaciones federales. Este material, una vez reprocesado, se destinará a alimentar reactores de nueva generación con mayor eficiencia energética y menor generación de residuos.

Entre las primeras candidatas figuran Oklo, una startup californiana especializada en minirreactores modulares, y la francesa Newcleo, enfocada en reactores de fisión rápida que prometen aprovechar mejor los residuos nucleares. Ambas compañías confirmaron su intención de presentar solicitudes, lo que podría marcar el inicio de una nueva era de colaboración entre el Estado y el sector privado en materia nuclear.

La decisión se produce en un contexto de creciente presión sobre las redes eléctricas de Estados Unidos, impulsada por la digitalización, la expansión de los centros de datos y el auge de la inteligencia artificial, que han disparado el consumo energético. En paralelo, la Casa Blanca busca reducir la dependencia del gas natural y del carbón, al tiempo que promueve una matriz energética “más limpia y segura”.

El presidente Donald Trump defendió públicamente el proyecto, afirmando que “la energía nuclear estadounidense debe liderar la próxima revolución energética mundial”. En la misma línea, el secretario de Energía Rick Perry aseguró que la apertura de los antiguos depósitos de plutonio “representa una oportunidad para transformar un legado militar en un motor de innovación civil”.

Sin embargo, la medida ha generado preocupación internacional. Expertos en no proliferación advierten que el uso de plutonio de grado militar en la industria civil podría debilitar los acuerdos internacionales de control nuclear y aumentar los riesgos de seguridad. La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha solicitado a Washington transparencia total en el proceso de conversión y supervisión del material.

A pesar de las críticas, el gobierno estadounidense insiste en que el programa cumple con los estándares internacionales de seguridad y trazabilidad, y que todo el plutonio reconvertido será destinado exclusivamente a fines energéticos, no militares.

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