Crece la tensión en Oriente Medio ante los planes de Israel sobre Gaza

Gaza, en el punto de no retorno: el plan israelí y el pulso de la comunidad internacional

La decisión del gabinete de seguridad de Israel de tomar el control total de la Franja de Gaza desata una nueva oleada de críticas internacionales. Mientras en Europa crece el debate sobre el reconocimiento del Estado Palestino, Estados Unidos afronta la presión de actuar ante un conflicto que amenaza con redefinir el equilibrio en la región.
Israel
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Oriente Medio vuelve a situarse en el centro de la escena internacional. La última hora llega desde Gaza, donde el gabinete de seguridad israelí ha aprobado un plan para asumir el control total de la Franja, una decisión que, según analistas, responde a un movimiento acelerado por el temor a que potencias del G7 den el paso de reconocer oficialmente al Estado Palestino.

Carlos Tessier recuerda que, aunque Palestina cuenta con el reconocimiento de gran parte del mundo, su estatus sigue siendo el de territorio observador en la ONU. El reconocimiento por parte de países clave del G7 supondría un revés al plan del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de consolidar el dominio sobre Gaza, un objetivo que según sus críticos se ha intensificado desde el estallido del actual conflicto.

Para Tessier, las declaraciones pasadas de Donald Trump sobre un futuro “Gaza Resort” y megaproyectos turísticos en la zona reflejan que la ocupación total no es solo un objetivo militar, sino también un movimiento con intereses económicos de fondo. “La pregunta es qué hará la comunidad internacional”, advierte, señalando que parte de Europa ya ha catalogado las acciones de Israel como genocidio.

Luis subraya que la respuesta inicial de Israel a los ataques de Hamás podía entenderse dentro de un marco de legítima defensa, pero que el conflicto ha derivado en un drama humanitario. Diferencia la postura del gobierno de Netanyahu de la de la sociedad israelí, donde crecen las voces críticas. A su juicio, Estados Unidos tiene una responsabilidad moral y capacidad real para frenar la escalada, dado su papel como principal aliado y proveedor de armamento de Israel. Sin embargo, recuerda que el reconocimiento diplomático de Palestina, por sí solo, no alterará la situación sobre el terreno.

Por su parte, Carlos Mamani aporta una visión más estructural: “Israel afronta contradicciones internas y externas como nunca antes”. A su entender, la combinación de presiones judiciales sobre Netanyahu, el desgaste social interno y el aislamiento diplomático emergente están tensionando al Estado de Israel de forma inédita. Aunque no prevé su desaparición, advierte que enfrenta un escenario sin precedentes.

En este contexto, la incógnita es doble: hasta qué punto Europa y Estados Unidos estarán dispuestos a plantarse y qué futuro tendrá Gaza una vez consolidado el control israelí. Mientras tanto, sobre el terreno, la población civil sigue soportando las consecuencias de un conflicto que, lejos de encontrar solución, parece adentrarse en una fase irreversible.

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