Golpe a la Moncloa: Junts rompe con Sánchez y pone la última palabra en manos de su militancia
La dirección de Junts per Catalunya (Junts) ha aprobado por unanimidad la ruptura con el Gobierno de Pedro Sánchez, tras una reunión celebrada en Perpiñán en la que se definieron los términos políticos y parlamentarios del “divorcio” con el PSOE. La decisión será ratificada por la militancia en los próximos días y abre una nueva etapa de tensión en la legislatura.
La ruptura, una decisión ya madura
La cúpula del partido que lidera Carles Puigdemont ha dado un paso que venía gestándose desde hace semanas: romper la relación política y parlamentaria con el PSOE y con el Ejecutivo de Sánchez, con el que había mantenido una colaboración estratégica desde la investidura.
Fuentes de la formación explican que la reunión en Perpiñán, símbolo del exilio independentista, sirvió para “cerrar filas en torno a un nuevo rumbo político” y definir el alcance del movimiento. El acuerdo, adoptado por unanimidad, plantea la retirada del apoyo de Junts a las votaciones clave en el Congreso, así como la revisión de los pactos de gobernabilidad alcanzados en 2023.
El documento aprobado por la dirección será ahora sometido a consulta interna entre los afiliados, que deberán refrendar la decisión en los próximos días a través de una votación telemática.
Contexto y motivos de la ruptura
El malestar en Junts se ha intensificado por lo que consideran incumplimientos sistemáticos de los acuerdos alcanzados con el PSOE, especialmente en materia de amnistía, financiación y reconocimiento nacional de Cataluña.
El entorno de Puigdemont sostiene que el Gobierno ha “dilatado y desnaturalizado” los compromisos adquiridos, mientras el Ejecutivo central insiste en que se mantiene “dentro del marco del diálogo”.
La ruptura supone el fin del entendimiento que permitió la investidura de Sánchez en noviembre de 2023, cuando los votos de Junts fueron decisivos para garantizar la estabilidad del actual Ejecutivo.
Un golpe a la estabilidad del Gobierno
La decisión de Junts añade incertidumbre al equilibrio parlamentario del Gobierno de coalición, que ya dependía de mayorías muy ajustadas. Sin los siete diputados de Junts, el PSOE y Sumar pierden margen de maniobra en votaciones clave, como los próximos Presupuestos Generales del Estado o las reformas pendientes en materia fiscal y laboral.
En La Moncloa se mantiene, por el momento, la prudencia. Fuentes socialistas reconocen la gravedad del movimiento, pero confían en que “el diálogo no esté completamente roto” y que las dinámicas del Congreso permitan reconstruir puentes “caso a caso”.
Puigdemont, entre Bruselas y el futuro catalán
Desde Bruselas, Carles Puigdemont ha seguido de cerca la reunión y, según fuentes del partido, fue consultado en tiempo real sobre el contenido de la resolución. Su entorno considera que esta decisión devuelve a Junts “la iniciativa política dentro del independentismo”, reforzando su posición frente a Esquerra Republicana (ERC) en la carrera hacia las próximas autonómicas.
El gesto también coincide con el calendario político catalán: el Govern de Pere Aragonès apura sus últimos meses de mandato y el espacio independentista reconfigura sus alianzas de cara a 2026.
El eco de Perpiñán
El lugar escogido para la reunión —Perpiñán, donde en 2020 Puigdemont reapareció ante decenas de miles de simpatizantes— no es casual. Para Junts, representa “el vínculo entre el exilio y la continuidad del proyecto político”, según el comunicado interno difundido al cierre del encuentro.
Con esta decisión, Junts marca una ruptura simbólica y estratégica: rompe con Sánchez, pero busca recuperar centralidad en el debate soberanista y presentarse ante su militancia como la fuerza que no se pliega ante Madrid.