Francia esquiva una crisis política mayor

Macron evita la derrota: el Ejecutivo francés sobrevive a una ajustada moción de censura

El primer ministro francés Sébastien Lecornu ha logrado superar por un estrecho margen la primera moción de censura en la Asamblea Nacional, tras prometer la suspensión temporal de la polémica reforma de las pensiones. La votación, impulsada por la izquierda radical, obtuvo 271 votos a favor, quedando a solo 18 de los 289 necesarios para derribar al Ejecutivo.

Macron evita la derrota: el Ejecutivo francés sobrevive a una ajustada moción de censura

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Francia respiró aliviada —al menos por ahora—. La Asamblea Nacional celebró este jueves una tensa sesión en la que el gobierno de Sébastien Lecornu enfrentó su primera prueba parlamentaria desde su reelección al frente del Ejecutivo. La moción de censura, presentada por la coalición de izquierda La France Insoumise (LFI), pretendía poner fin al mandato de Lecornu en protesta por su intento de modificar nuevamente el sistema de pensiones, una de las cuestiones más divisivas de la política francesa en los últimos años.

El resultado fue ajustado: 271 votos a favor y 289 necesarios para tumbar al gobierno. Con esa diferencia de apenas 18 apoyos, Lecornu salvó su cargo, aunque su posición queda debilitada de cara a las próximas semanas. De hecho, una segunda moción, presentada por el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, está prevista para votarse más tarde en la jornada, lo que mantendrá la tensión al máximo en el Parlamento francés.

Durante el debate previo a la votación, Lecornu intentó calmar los ánimos anunciando la suspensión del proyecto de reforma de pensiones, una medida que buscaba ampliar la edad de jubilación y que había generado protestas en las principales ciudades del país. “Escuchamos el mensaje de los ciudadanos. Es momento de diálogo, no de confrontación”, declaró el primer ministro ante la cámara, en un discurso en el que apeló a la responsabilidad de los diputados para “garantizar la estabilidad de la República”.

La oposición, sin embargo, acusa al gobierno de maniobrar únicamente por supervivencia política. La líder de LFI, Mathilde Panot, calificó la suspensión como “una táctica desesperada para evitar la caída” y advirtió que “la lucha continúa en las calles y en el Parlamento”. Por su parte, Marine Le Pen criticó al Ejecutivo por “gobernar a golpe de improvisación” y aseguró que su grupo votará nuevamente a favor de la censura en el siguiente intento.

Según medios franceses como Le Monde y France24, el Elíseo está viviendo sus horas más complicadas desde el inicio del mandato de Emmanuel Macron, quien respaldó públicamente a Lecornu pero enfrenta una creciente fragmentación parlamentaria y una pérdida de apoyo social tras meses de protestas laborales.

Los analistas políticos subrayan que, aunque Lecornu ha ganado tiempo, su margen de maniobra es mínimo. “Cada reforma será una batalla”, advirtió el politólogo Jean Garrigues en declaraciones a BFMTV, señalando que el primer ministro “ha salvado el puesto, pero no la autoridad”.

Mientras tanto, en las calles de París, Lyon y Marsella, sindicatos y movimientos sociales ya preparan nuevas manifestaciones contra la reforma, interpretando la votación no como una victoria del gobierno, sino como una advertencia de que la mitad del país está en contra de su política social.

La segunda moción, impulsada por la extrema derecha, podría definir si la relativa estabilidad conseguida este jueves se mantiene o si Francia entra de lleno en una nueva crisis política.

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