El misterioso pulso de 3I/ATLAS: el objeto interestelar que late en verde y rojo cada 16 horas y desafía a la astronomía
El cometa interestelar 3I/ATLAS ha vuelto a convertirse en protagonista en los observatorios del mundo. Su pulso luminoso —un latido de luz que alterna colores verdes y rojos cada 16 horas— desconcierta a los expertos, que buscan una explicación a un comportamiento nunca antes observado en un objeto procedente de otro sistema estelar. Entre hipótesis, cautela científica y fascinación pública, 3I/ATLAS abre una nueva ventana hacia lo desconocido.
En las profundidades silenciosas del cosmos, donde las distancias se miden en años luz y los movimientos de los cuerpos celestes parecen eternos, un visitante interestelar ha capturado la atención de astrónomos de todo el mundo. Se trata de 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar identificado después de ‘Oumuamua y 2I/Borisov, y posiblemente el más enigmático de todos. Su comportamiento luminoso, detectado en las últimas semanas, ha desconcertado incluso a los especialistas más veteranos.
Los observatorios han registrado un fenómeno singular: un pulso rítmico, un brillo que sube y cae con sorprendente regularidad cada 16 horas, acompañado por una alternancia cromática entre tonos verdes y rojos. No es un simple efecto de parpadeo ni una variación aleatoria de su coma; su patrón es tan definido que muchos describen el fenómeno como un auténtico “latido” cósmico, una cadencia casi musical que parece repetir un mensaje desde rincones remotos del espacio interestelar.
Un fenómeno sin precedentes
Los cambios lumínicos en cometas son comunes, sobre todo cuando interaccionan con la radiación solar. Sin embargo, la regularidad del pulso en 3I/ATLAS va más allá de lo habitual. Según los primeros análisis, la alternancia entre tonos verdes —habitualmente asociada a emisiones de cianógeno o carbono diatómico— y tonos rojizos —relacionados con óxidos y carbono ionizado— sugiere un proceso físico más complejo que una simple rotación irregular.
Algunos astrónomos plantean que podría tratarse de zonas con composiciones químicas muy distintas expuestas de manera periódica a la radiación solar debido a una rotación extremadamente estable. Otros consideran posible la existencia de chorros activos que liberan gases de distintos compuestos en intervalos muy marcados. También se baraja una estructura interna peculiar, quizá fragmentada o con cavidades capaces de modular la luz de forma inusual.
No obstante, ninguna hipótesis ha logrado explicar completamente la alternancia cromática tan precisa.
Un visitante que reescribe lo que creíamos saber
La importancia de 3I/ATLAS va más allá de su comportamiento luminoso. Al proceder de otro sistema estelar, su estudio ofrece una oportunidad única para entender la diversidad de materiales y procesos que se dan en otros rincones de la galaxia. Si su latido luminoso es consecuencia de una composición química exótica o de dinámicas internas nunca vistas en el Sistema Solar, podría obligarnos a replantear modelos sobre el origen de cometas en otros sistemas planetarios.
Además, la regularidad del pulso está permitiendo recopilar datos extremadamente precisos. Cada ciclo añade información sobre temperatura, dispersión de materiales y tasas de emisión gaseosa, lo que a su vez puede ayudar a reconstruir su historia y la región del espacio de la que procede.
¿Un mensaje o pura coincidencia?
Aunque la comunidad científica mantiene los pies en el suelo, el público —y algunos investigadores más imaginativos— no han podido evitar plantearse la posibilidad, aunque remota, de que el patrón pueda interpretarse como algún tipo de “mensaje”. La respuesta académica es clara: no hay evidencia científica que respalde esa idea. Pero tampoco se descarta que la naturaleza pueda producir patrones sorprendentemente ordenados sin intervención inteligente, especialmente en objetos tan raros como los interestelares.
Lo cierto es que el universo nunca deja de sorprendernos, y el comportamiento de 3I/ATLAS recuerda lo poco que conocemos aún de los cuerpos que viajan entre estrellas.
Observaciones y próximos pasos
Los próximos meses serán clave. Los principales telescopios terrestres y varios observatorios espaciales han programado monitorizaciones continuas, incluyendo espectrometrías de alta resolución que podrían desvelar la composición detallada del cometa. Cada nuevo pulso es una pieza más del rompecabezas, y la comunidad científica se mueve entre la cautela y la fascinación.
A medida que avance el análisis, es posible que surja una explicación clara y convincente. Pero por ahora, el latido bicolor de 3I/ATLAS seguirá alimentando teorías, inspirando titulares y recordándonos que el universo aún tiene muchos secretos por revelar.