Guerra de mensajes: el escenario invisible de la batalla

Netanyahu ordena altavoces en Gaza para transmitir su discurso en la ONU: el ejército duda pero no se niega

En una jugada sin precedentes, la oficina del primer ministro israelí ordenó instalar altavoces a lo largo de Gaza para que los habitantes escuchen en tiempo real el discurso de Benjamin Netanyahu ante la Asamblea General de la ONU, una estrategia que los medios locales califican como guerra psicológica. Aunque el Ejército se opuso a moverse a zonas más expuestas, no rechazó por completo la orden.
Las Fuerzas de Defensa de Israel transmitirán el discurso de Netanyahu ante la ONU en toda Gaza - E PA / M O H A M E D S A B E R​​
Las Fuerzas de Defensa de Israel transmitirán el discurso de Netanyahu ante la ONU en toda Gaza - E PA / M O H A M E D S A B E R​​

Con un giro estratégico poco habitual, el gobierno de Israel ordenó que su primer ministro hable directamente a los ciudadanos de Gaza mediante altavoces instalados en múltiples puntos de la Franja, para que su intervención en la Asamblea General de la ONU se escuche en vivo entre la población local. Según los medios hebreos, el objetivo es que Netanyahu —cuyo discurso comenzará alrededor de las 15:00 CET— critique la aceptación occidental de un Estado palestino independiente y refuerce su narrativa frente al conflicto.

Pero la decisión generó resistencias dentro de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). El canal 12 reportó que algunos mandos militares se mostraron contrarios a trasladar tropas de sus posiciones consolidadas hacia zonas más vulnerables, temiendo que sean blanco fácil de acciones hostiles de Hamás. Sin embargo, aunque hubo reticencias, el ejército no vetó la orden, lo que sugiere que algún tipo de implementación podría llevarse a cabo.

La estrategia es coherente con prácticas de guerra psicológica que Israel ha empleado anteriormente en Gaza. Como documentan medios como Anadolu, el ejército ha intensificado su campaña de mensajes destinados a presionar a la población local para que abandone zonas densamente pobladas, prometiéndoles seguridad y provisiones en el sur de la Franja. Bajo ese enfoque, interferir con la comunicación tradicional —cortes de internet y telefonía— ha sido parte de la ecuación militar y psicológica de Israel: medidas que siembran miedo, desorientación y sensación de aislamiento entre los ciudadanos de Gaza.

La decisión de transmitir el discurso de Netanyahu audiblemente en Gaza responde a un claro interés de influencia directa, saltándose intermediarios y apuntando a moldear la percepción del conflicto en un terreno simbólico clave. Lo que hace extraordinaria esta medida es su naturaleza pública: no se trata de señales cifradas, propaganda oculta o mensajes digitales, sino de sonidos que se extenderán en vivo en espacios urbanos con la finalidad explícita de impactar audiencias concretas en medio del conflicto.

Los analistas observan que Israel ha consolidado un discurso interno que refuerza la guerra desde lo simbólico y mediático, pero que rara vez conecta con las voces y sufrimientos reales de Gaza. Un artículo de Al Jazeera sostiene que los medios israelíes, en general, amplifican la retórica bélica mientras minimizan o ignoran el drama humanitario en la Franja. En ese contexto, la transmisión directa de un discurso del premier puede interpretarse como una apuesta a reforzar la hegemonía narrativa, mostrar control y proyectar poder también en el terreno comunicativo.

Obviamente, esta maniobra conlleva riesgos. Aproximarse físicamente al territorio de Gaza para instalar equipo de sonido exige movimientos militares que pueden desencadenar confrontaciones. La población podría percibirlo como una forma de imposición territorial o propaganda coercitiva, alimentando resentimientos o resistencia. Si el mensaje no se sostiene con acciones percibidas como legítimas, podría volverse contraproducente.

Asimismo, esta medida cuando menos revela cuánto peso tienen los discursos oficiales en la guerra moderna. No basta con ganar batallas militares: también se busca dominar las condiciones simbólicas y psicológicas del conflicto, particularmente ante audiencias atrapadas en medio de una guerra intensa. Que Netanyahu pretenda hablar directamente a la población de Gaza evidencia la conciencia política del gobierno israelí acerca de que el control narrativo y la disuasión estratégica también se disputan a través de los sentidos.

En última instancia, si los altavoces finalmente suenan en Gaza y el discurso se transmite con fuerza, este episodio quedará como un caso singular de intervención comunicativa en una zona de guerra. Y si no pasa de la idea —por obstáculos logísticos o tácticos— también será ilustrativo de las tensiones entre la audacia simbólica del poder y las realidades militares en un conflicto que no admite fronteras claras entre lo militar, lo mediático y lo psicológico.

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