Tensión creciente en Gaza y Oriente Medio

Netanyahu sopesa la anexión total de Gaza en medio de divisiones internas y presión internacional

El Gobierno israelí se enfrenta a una de sus decisiones más controvertidas en plena escalada regional. Mientras altos mandos militares advierten de los riesgos estratégicos y humanitarios, la comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de que Israel asuma el control total de la franja de Gaza.
Trump
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La posible anexión total de la franja de Gaza por parte de Israel ha abierto un nuevo capítulo de tensión en Oriente Medio. Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, ha convocado para mañana una reunión de su gabinete de seguridad con el objetivo de decidir los próximos pasos, en un contexto marcado por la resistencia internacional y las advertencias de sus propios altos mandos.

Según los analistas, una anexión definitiva implicaría resolver cuestiones complejas: desde el estatus legal de los más de dos millones de palestinos que viven en el enclave hasta el despliegue permanente de miles de soldados en un territorio densamente poblado y hostil. La alternativa de otorgar ciudadanía israelí a los palestinos parece improbable, ya que alteraría la composición interna del país, mientras que mantenerlos sin representación política crearía una situación de ocupación indefinida con implicaciones humanitarias y diplomáticas de gran calado.

Incluso en Estados Unidos, principal aliado de Israel, han surgido reticencias. Parte del Partido Republicano ha mostrado reservas sobre ciertas decisiones del Gobierno israelí, lo que refleja que la anexión podría tensionar la relación estratégica con Washington y con Europa. Ambos bloques son clave para la supervivencia a largo plazo de Israel, tanto en términos de apoyo militar como político.

Para Netanyahu, la operación podría reforzar su posición interna, sobre todo entre las facciones más radicales de su coalición. Sin embargo, las consecuencias estratégicas serían inciertas. Entre las opciones que se barajan figura la expulsión masiva de palestinos una medida que generaría rechazo en gran parte de la comunidad internacional o la administración del territorio sin reconocimiento de derechos plenos para sus habitantes.

Al mismo tiempo, la situación en Gaza se inscribe en un tablero geopolítico más amplio. Desde la propuesta de “Gran Israel” que Netanyahu exhibió en la ONU años atrás hasta el respaldo constante de potencias occidentales, la dinámica actual refleja décadas de políticas y alianzas que han permitido a Israel consolidar su posición. No obstante, esta ventaja se enfrenta a límites claros: la presión popular en el mundo árabe, la vulnerabilidad ante ataques como el reciente lanzamiento de misiles desde Irán y la creciente impaciencia internacional ante el coste humano del conflicto.

En paralelo, otra cita clave podría reconfigurar el equilibrio global: la reunión que se negocia entre Donald Trump y Vladimir Putin. Según el analista Christian López, un eventual alto el fuego en Ucrania no sería fruto de la voluntad de Kiev o la Unión Europea, sino del acuerdo entre ambas potencias. En su visión, el desenlace de la guerra dependerá de los intereses estratégicos de Washington y Moscú, y no de una “paz justa”, sino de la “paz posible”.

En este complejo escenario, Gaza se convierte en un punto de fricción que podría marcar la política regional durante décadas. La decisión que adopte Netanyahu en las próximas horas no solo definirá el futuro inmediato de la franja, sino que podría alterar el rumbo de Oriente Medio en un momento de múltiples crisis abiertas.

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