El tablero internacional se mueve

La reunión entre Trump y Putin: ¿pacto posible o alto el fuego temporal?

El mundo observa con expectación el acercamiento entre Washington y Moscú. Una eventual cita entre Donald Trump y Vladimir Putin podría marcar un antes y un después en la guerra de Ucrania, con implicaciones que van mucho más allá del frente de batalla.
<h1>Zelensky</h1>
Zelensky

En las últimas horas, el presidente ruso Vladimir Putin ha dejado entrever su disposición a explorar un alto el fuego, mientras fuentes internacionales apuntan a que Emiratos Árabes Unidos podría mediar para acercar posturas entre Rusia y Ucrania. El escenario, sin embargo, no apunta a una paz definitiva, sino a un acuerdo que detenga  al menos temporalmente la ofensiva en los cielos.

Cristian López, director de Estudios Geopolíticos de Egeo, analiza en Negocios TV el trasfondo de este momento. “La paz justa no existe; lo que veremos será la paz posible”, explica. Según su visión, el desenlace no estará condicionado por las posiciones de Volodímir Zelensky o la Unión Europea, sino por la voluntad de Trump y Putin. La ventana de oportunidad, añade, se acorta ante el calendario electoral estadounidense, con las elecciones de medio mandato acercándose.

La filtración de una supuesta propuesta de Trump añade más tensión. Entre los puntos, se habla del reconocimiento de facto de los avances territoriales rusos, la reducción de sanciones y el retorno del petróleo y gas ruso a Europa. Aunque López cree que no todos estos elementos sobrevivirán a la negociación final, sí señala que el núcleo del acuerdo podría girar en torno a impedir el ingreso de Ucrania en la OTAN, ofreciendo a Rusia garantías estratégicas y a Ucrania un margen de defensa autónoma.

Pero mientras el frente ucraniano centra titulares, Oriente Medio vuelve a estar al límite. La reunión urgente del gabinete de seguridad israelí, convocada por Benjamin Netanyahu, reabre el debate sobre la posible ocupación de Gaza. López advierte que sería “la opción más costosa y menos racional” para Israel, Palestina y la región. La raíz del problema, añade, no se resolverá con control territorial, sino con una reconfiguración política que hoy parece lejana.

Entre la geopolítica y el pragmatismo, las próximas semanas pondrán a prueba la capacidad de las potencias para transformar un cese de hostilidades en un equilibrio duradero. Y, como recuerda López, “no se trata de buenos deseos, sino de realismo político”.

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