Rusia derribó 130 drones ucranianos durante la noche
El Ministerio de Defensa de Rusia anunció este viernes que sus fuerzas de defensa aérea derribaron 130 drones ucranianos durante la noche, una cifra que representa uno de los ataques con vehículos no tripulados más extensos desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania. Según el comunicado oficial, los aparatos fueron neutralizados en múltiples regiones del país, lo que refleja una intensificación en las operaciones aéreas ucranianas contra objetivos dentro del territorio ruso.
De acuerdo con el parte militar, 21 drones fueron interceptados sobre la región de Kursk, una de las zonas más afectadas por los ataques aéreos ucranianos en las últimas semanas. Otros 21 drones fueron destruidos en la región de Voronezh, mientras que 14 fueron derribados sobre Belgorod, una de las regiones fronterizas más expuestas al fuego cruzado entre ambos países.
Asimismo, el ministerio detalló que 10 drones fueron neutralizados sobre Briansk, nueve sobre Oriol y otros nueve sobre las regiones de Tambov y Tula. En las regiones más alejadas del frente, seis drones fueron abatidos sobre Lipetsk y Yaroslavl, cinco sobre Rostov, cuatro sobre Volgogrado, tres sobre Kaluga, dos sobre Ryazan y uno sobre la región de Moscú, donde los sistemas antiaéreos se han mantenido en alerta desde el verano ante los intentos de incursión aérea ucraniana.
El ministerio calificó la operación como un “ataque masivo coordinado con vehículos aéreos no tripulados”, cuyo objetivo habría sido saturar los sistemas de defensa rusos. Sin embargo, aseguró que la mayoría de los drones fueron interceptados a tiempo y no provocaron daños materiales ni víctimas civiles. Las autoridades locales en varias regiones confirmaron explosiones durante la noche, aunque insistieron en que todos los restos cayeron en zonas no habitadas.
Este nuevo episodio se enmarca en una serie de ataques aéreos ucranianos contra territorio ruso que se han intensificado en los últimos meses. Kiev ha centrado parte de su estrategia en atacar infraestructuras energéticas, depósitos logísticos y bases militares, buscando debilitar la capacidad de respuesta de Moscú. Aunque Ucrania rara vez reconoce públicamente la autoría de este tipo de operaciones, varios analistas militares sostienen que estos ataques forman parte de una ofensiva para llevar la guerra más allá del frente de combate tradicional.
Por su parte, el Kremlin denunció nuevamente lo que calificó como “actos de terrorismo”, afirmando que estos ataques buscan “sembrar el pánico entre la población civil rusa”. Las autoridades de defensa advirtieron que se tomarán “medidas de represalia” si los intentos de incursión aérea continúan.
Mientras tanto, medios rusos reportaron interrupciones temporales en vuelos y tráfico ferroviario en algunas regiones del suroeste del país durante las horas del ataque, aunque la situación fue restablecida al amanecer.
La magnitud del ataque y la dispersión geográfica de los objetivos evidencian el aumento de las capacidades tecnológicas y la coordinación de las fuerzas ucranianas en el uso de drones, un elemento que se ha convertido en pieza central de la guerra moderna. Desde el inicio del conflicto, ambos bandos han desarrollado y utilizado miles de estos dispositivos tanto para tareas de reconocimiento como para misiones ofensivas.
El incidente subraya el carácter cada vez más híbrido y tecnológico del conflicto, donde la guerra de drones y la ciberguerra se combinan con los combates convencionales. En un contexto en el que ninguno de los dos países parece dispuesto a ceder terreno, la escalada de ataques aéreos sobre territorio ruso podría marcar una nueva fase en la confrontación.