Tecnología y geopolítica | Guerra de chips

Trump blinda el chip más poderoso del mundo: “El Blackwell no se vende”

El presidente de Estados Unidos anunció que prohibirá la exportación del nuevo chip de inteligencia artificial Blackwell de Nvidia, considerado una joya tecnológica diez años por delante de cualquier competidor. Con esta decisión, Trump eleva la tensión en la guerra tecnológica con China y refuerza la estrategia de supremacía digital de Washington.

Trump blinda el chip más poderoso del mundo: “El Blackwell no se vende”
Trump blinda el chip más poderoso del mundo: “El Blackwell no se vende”

El presidente Donald Trump ha vuelto a colocar a Estados Unidos en el centro del tablero tecnológico global al anunciar que Nvidia no podrá vender su nuevo chip de inteligencia artificial, Blackwell, fuera del país. “Nvidia es una empresa brillante… el nuevo Blackwell está diez años por delante de cualquier otro chip. Pero no, no lo damos a otros”, declaró el mandatario a bordo del Air Force One, dejando claro que el Gobierno estadounidense pretende blindar su liderazgo en la carrera por la inteligencia artificial.

El chip Blackwell, diseñado para acelerar el entrenamiento de modelos de IA generativa y procesamiento de datos a gran escala, representa la cúspide de la innovación en hardware. Con miles de millones de transistores y una arquitectura que duplica el rendimiento energético respecto a su antecesor, el H100, el nuevo procesador se ha convertido en el arma estratégica más codiciada del sector tecnológico.

El anuncio llega después de que el CEO de Nvidia, Jensen Huang, manifestara su deseo de comercializar el chip en China, principal mercado de semiconductores del mundo. Sin embargo, el propio ejecutivo reconoció que la decisión final dependía de Trump. “Jensen Huang es uno de los grandes genios de nuestro tiempo”, afirmó el presidente, elogiando al líder de la compañía pero dejando claro que la prioridad es nacional: “Vamos a mantener la tecnología en casa. No podemos regalar el futuro”.

La medida supone un nuevo golpe en la guerra tecnológica entre Washington y Pekín, donde el control de los chips de inteligencia artificial se ha convertido en un campo de batalla estratégico. Desde 2022, Estados Unidos ha impuesto restricciones crecientes a la exportación de semiconductores avanzados y herramientas de fabricación hacia China, argumentando motivos de seguridad nacional. El veto al Blackwell refuerza ese muro tecnológico, ampliando la brecha en rendimiento y capacidad de cálculo entre ambos países.

Los analistas coinciden en que la decisión podría redefinir la geopolítica de la IA. “Prohibir la exportación del Blackwell no solo limita el acceso de China a la tecnología más avanzada, sino que también consolida la hegemonía estadounidense en el desarrollo de modelos de IA, supercomputación y defensa”, señaló un informe de Bloomberg Intelligence. A corto plazo, el movimiento podría elevar la demanda de chips alternativos en Asia y Europa, impulsando a competidores como AMD o la taiwanesa TSMC, aunque ninguno se acerca al nivel técnico del nuevo procesador de Nvidia.

Desde Pekín, la reacción no se hizo esperar. Medios estatales calificaron la decisión como una “provocación económica” y advirtieron que China “seguirá desarrollando su propio ecosistema de chips” sin depender de tecnología estadounidense.

Con este anuncio, Trump no solo marca un punto de inflexión en la política industrial estadounidense, sino que reafirma el vínculo entre poder tecnológico y soberanía nacional. En plena carrera por dominar la inteligencia artificial, el mensaje es inequívoco: el chip más avanzado del mundo será, por ahora, patrimonio exclusivo de Estados Unidos.

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