
Las acciones de Telefónica SA sufrieron una caída de hasta el 4,3% este lunes, convirtiéndose en las de peor rendimiento del índice Ibex-35, tras la decisión del gobierno español de destituir a su presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete. La repentina medida, impulsada por el presidente Pedro Sánchez, colocó a Marc Murtra, exlíder de Indra Sistemas SA, al frente de la gigante de telecomunicaciones, desatando dudas y volatilidad en los mercados.
Según Bloomberg Intelligence, el nombramiento de Murtra podría llevar a revisar los objetivos financieros de Telefónica, que incluyen un crecimiento anual del flujo de caja libre del 10% y una reducción de su apalancamiento para 2026. Marc Murtra, cercano al Partido Socialista, carece de experiencia directa en telecomunicaciones, lo que ha generado preocupaciones entre analistas e inversores sobre la dirección futura de la empresa, según Bloomberg.
La decisión de reemplazar a Pallete no solo refleja un cambio estratégico, sino también un ajuste en la relación entre la empresa y el poder político. Fuentes indican que el gobierno criticó la falta de enfoque en innovación tecnológica y cuestionó las estrategias publicitarias de Telefónica, particularmente su inversión en medios de comunicación considerados afines a la derecha.
El movimiento ocurre en un contexto de reestructuración accionarial tras la adquisición del 9,9% por parte de Saudi Telecom Co. Esta inversión ha planteado interrogantes sobre el control estratégico de la empresa y su papel como actor nacional clave. Algunos expertos interpretan la intervención del gobierno como un paso hacia la consolidación de un “campeón nacional” que podría integrar activos como Minsait, la unidad tecnológica de Indra, y liderar desarrollos en inteligencia artificial y semiconductores.
La estrategia a seguir será crucial. Telefónica enfrenta desafíos significativos, desde mejorar su desempeño en España hasta acelerar su expansión en América Latina. Además, su calificación crediticia, apenas por encima del umbral de alto riesgo, deja poco margen para errores financieros.
El futuro de Telefónica, marcada por su nueva dirección y la influencia estatal, será observado de cerca por los inversores. La empresa sigue siendo un gigante de telecomunicaciones, pero su capacidad para equilibrar innovación, competitividad y estabilidad financiera definirá su posición en un mercado en rápida evolución.