China exige a Japón «acciones concretas» que demuestren su compromiso político con Pekín
Según Mao, las recientes declaraciones del Gobierno japonés cruzan líneas sensibles para Pekín y cuestionan el marco político que ha regido durante décadas la relación entre ambas potencias asiáticas. El Ejecutivo chino insiste en que Taiwán es una cuestión interna y considera inaceptable que Tokio se pronuncie sobre un escenario de conflicto armado en el estrecho.
Pekín exige una rectificación «clara»
Durante una rueda de prensa, Mao Ning reiteró que Japón debe «retractarse» de sus comentarios sobre Taiwán y subrayó que, a juicio de Pekín, se trata de «declaraciones erróneas» que no se ajustan a los compromisos políticos previos asumidos por Tokio.
China reclama no solo un matiz diplomático, sino una corrección pública, que enmarque de nuevo la política japonesa respecto a Taiwán dentro del principio de «una sola China». En palabras de la portavoz, el Gobierno nipón debe demostrar su «compromiso político con China» a través de «acciones concretas», más allá de simples formulaciones retóricas.
Taiwán, punto más sensible de la relación
El detonante del nuevo choque han sido las palabras de Sanae Takaichi, que describió una posible invasión china de Taiwán como una amenaza para Japón y dejó abierta la puerta a que el país pudiera involucrarse en un conflicto de esa naturaleza.
Para Pekín, estas declaraciones suponen una intromisión directa en lo que considera su soberanía y cruzan una de sus principales líneas rojas: cualquier cuestionamiento del estatus de Taiwán o insinuación de respaldo militar externo a la isla. China insiste en que Taiwán es una parte inalienable de su territorio y que ningún país debe interferir en este asunto.
Desde Tokio, en cambio, se ha venido vinculando la seguridad del estrecho de Taiwán a la seguridad nacional japonesa, dado el impacto que tendría un conflicto en rutas comerciales, cadenas de suministro y bases militares estadounidenses situadas en territorio japonés.
Japan should take China’s concerns seriously, retract the erroneous remarks on Taiwan, and show Japan’s sincerity for dialogue with concrete actions. pic.twitter.com/YaKPNgJc77
— Mao Ning 毛宁 (@SpoxCHN_MaoNing) November 24, 2025
Llamamiento a una «explicación sincera» de Tokio
Mao exigió que el Gobierno japonés ofrezca una «explicación sincera» sobre su postura hacia Taiwán, en un claro mensaje dirigido tanto al Ejecutivo de Takaichi como a la opinión pública internacional.
Según la portavoz, Japón debe aclarar si sigue respetando los entendimientos alcanzados en materia de relaciones bilaterales y si mantiene su compromiso de no apoyar ninguna forma de independencia taiwanesa. Pekín considera que la reciente retórica de Tokio se aleja de ese marco y alimenta una narrativa que presenta a China como amenaza, algo que califica de «irresponsable» y «perjudicial» para la estabilidad regional.
Silencio sobre los vuelos a Japón
Preguntada por informaciones sobre una posible reducción de vuelos de aerolíneas chinas a Japón, Mao Ning evitó atribuir la decisión al Gobierno central y se limitó a remitir la cuestión a las autoridades competentes. No confirmó ni desmintió que Pekín haya dado instrucciones en ese sentido.
La ambigüedad alimenta la especulación sobre si se están utilizando medidas en el ámbito del transporte aéreo como instrumento de presión indirecta en la disputa política. En otros episodios de tensión con socios comerciales, China ha recurrido a restricciones sectoriales para enviar mensajes políticos sin recurrir de inmediato a sanciones formales.
Advertencias previas y deterioro de la relación
Antes de estas declaraciones, Pekín ya había amenazado con responder si Japón no se retractaba de los comentarios de Takaichi. Las autoridades chinas han insistido en que dichas observaciones han «dañado las relaciones entre los dos países», que arrastran desde hace décadas una combinación de fuerte interdependencia económica y profunda desconfianza estratégica.
La última crisis se suma a una lista de fricciones en torno a Taiwán, las disputas territoriales en el mar de China Oriental y la cooperación de seguridad entre Japón y Estados Unidos. Cada nuevo episodio deja un poso de recelo que complica la reconstrucción de la confianza entre las dos principales economías de Asia.
Implicaciones regionales y margen de maniobra
El pulso retórico entre Pekín y Tokio se produce en un contexto en el que Asia-Pacífico se ha convertido en uno de los principales escenarios de competencia estratégica global. Las palabras de Takaichi sobre un posible conflicto por Taiwán han sido leídas no solo en China, sino también en Washington y otras capitales de la región, como señal de una postura japonesa más firme.
Para Japón, el reto consiste en reforzar su seguridad y la de sus aliados sin cruzar umbrales que puedan derivar en represalias económicas o diplomáticas por parte de China. Para Pekín, el objetivo es contener cualquier respaldo externo a Taiwán y disuadir a otros gobiernos de adoptar discursos similares, mostrando que estas posiciones tienen un coste político.
En este equilibrio delicado, la exigencia china de «acciones concretas» y rectificaciones públicas, y la respuesta que finalmente dé Tokio, marcarán el tono de la relación bilateral en los próximos meses y servirán como indicador de hasta qué punto ambos países están dispuestos a gestionar sus diferencias sin que la tensión verbal se traduzca en medidas de mayor alcance.


