Crisis y deporte entrelazados

UEFA estudia suspender a Israel por su implicación en Gaza

La Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) estaría sopesando la suspensión de las selecciones y clubes israelíes de sus competencias internacionales, en respuesta al conflicto en Gaza. Según fuentes consultadas por la Associated Press, una mayoría de los miembros del comité ejecutivo de UEFA apoyaría la medida, a tan solo dos semanas de los partidos clasificatorios para la Copa del Mundo.

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UEFA estudia suspender a Israel por su implicación en Gaza EPA/JEAN-CHRISTOPHE BOTT

En los pasillos del poder del fútbol europeo se debate una decisión con fuerte carga política: sancionar al Estado israelí con la expulsión de sus equipos y selecciones de competiciones oficiales organizadas por UEFA. Según reportes recientes, el organismo ya contempla una votación para suspender la membresía futbolística de Israel como consecuencia de la guerra en Gaza. Fuentes allegadas al asunto aseguran que la mayoría de los integrantes del comité ejecutivo –20 miembros en total– se inclina a favor de la sanción.

Este posible veto caería en un momento crítico: en apenas dos semanas, Israel debe disputar encuentros clave de clasificación para la Copa Mundial 2026 frente a Noruega e Italia. Al mismo tiempo, existe presión geopolítica externa: se ha informado que Estados Unidos pretende frenar cualquier intento de excluir a Israel de la competición mundial.

La tensión trasciende lo deportivo. Un grupo de expertos de las Naciones Unidas ha pedido que tanto FIFA como UEFA suspendan la participación israelí como “respuesta necesaria” ante lo que califican como violaciones graves de derechos humanos durante el conflicto en Gaza. En su petición, los expertos subrayan que las sanciones deben apuntar a los equipos estatales, no a los atletas individualmente, para evitar discriminación.

La analogía con otros precedentes llama la atención. Rusia, por ejemplo, fue suspendida de los torneos europeos tras la invasión a Ucrania en 2022, una sanción que sigue vigente. El debate actual no solo aborda la responsabilidad moral del deporte ante conflictos, sino también su papel como actor geopolítico y su capacidad de imponer consecuencias simbólicas en eventos globales.

UEFA y FIFA enfrentan un dilema complicado. Por un lado, la presión para demostrar coherencia frente a crisis humanitarias y alinearse con principios de derechos humanos. Por otro, la complejidad institucional, los contratos deportivos, las competencias internacionales y la intervención de actores globales como Estados Unidos que tienen interés en salvaguardar la participación israelí en torneos mundiales.

Si la votación se realiza y termina aprobando la suspensión, tendría efectos inmediatos: los clubes israelíes dejarían de disputar competencias europeas (como Champions o Europa League) y la selección israelí quedaría fuera de las eliminatorias europeas para el Mundial. Pero la decisión no sería automática: dependería de las reglas internas de UEFA y de la normativa deportiva internacional de FIFA.

Para el deporte europeo y mundial, este episodio marca un punto de inflexión: ya no basta con mantener que el deporte sea apolítico. Las federaciones y organismos deben responder a tensiones globales con decisiones que conjuguen valores, viabilidad legal y cooperación internacional. Al final, el fútbol no es un mundo aparte: se ve obligado a enfrentar realidades que antes parecían imposibles de llevar a la cancha.

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