Cortocircuito en Wall Street: el S&P 500 se quema con la tecnología y la Fed salva el viernes
La semana en la bolsa estadounidense ha sido un ejemplo perfecto de cómo un mercado puede pasar del entusiasmo al vértigo en solo unas horas. El S&P 500 cayó cerca de un 2% en una sesión caótica, el Nasdaq se dejó alrededor del 2,7% y el Dow retrocedió un 1,9% en pleno regreso de los temores por las valoraciones extremas de las grandes tecnológicas y el gasto agresivo en inteligencia artificial. Pero cuando el miedo parecía instalarse, la Fed soltó una frase y el mercado reaccionó: John Williams reabrió la puerta a recortes en diciembre, y el viernes terminó con cerrar en verde.
La chispa: la IA deja de ser escudo y se convierte en problema
La semana en Wall Street comenzó con un golpe directo al corazón del rally tecnológico. El mercado volvió a dudar de las elevadas valoraciones de las grandes tecnológicas y del gasto agresivo en inteligencia artificial. Ni siquiera los resultados espectaculares de Nvidia sirvieron para sostener el impulso: la acción subió al inicio, pero el sentimiento general de sobrevaloración pesó más y arrastró al sector. El índice de semiconductores cayó cerca del 6%, encendiendo alertas sobre un posible agotamiento del “trade IA”.
Daño técnico en el S&P 500: se rompe sin romperse
El S&P 500 había firmado el tramo más largo por encima de su media de 50 días desde 2007, señal de fortaleza clara. Pero el jueves llegó el giro: el índice rompió su media de 100 días, nivel que no tocaba desde mayo. La pérdida no implica un cambio definitivo de tendencia, pero sí refleja que el mercado ya no sube por inercia. El nerviosismo ante un rally concentrado en pocas compañías volvió a la mesa.
El VIX entra en escena: el miedo vuelve a respirar
El índice de volatilidad VIX, conocido como el “medidor del miedo” de Wall Street, se disparó a máximos no vistos desde abril antes de retroceder hacia los 23,40 puntos. Su ascenso refleja que los inversores han pasado de “comprar caídas” a proteger sus carteras. Un VIX así no es un ruido pasajero: es señal de tensión real.
Rotación sectorial: se fríen los líderes, resisten los defensivos
La divergencia entre sectores fue marcada. El sector tecnológico cayó un 4,7%, con empresas como Oracle ampliando ventas por dudas en su estrategia de IA. El consumo discrecional también sufrió: Home Depot recortó previsiones y el sector retrocedió un 3,3%. Por el contrario, bienes de consumo básico subió un 0,8% con Walmart al alza, y sanidad escaló un firme 1,8% impulsada por Eli Lilly, que alcanzó 1 billón de dólares de capitalización, un hito histórico para el sector farmacéutico. Los servicios de comunicación subieron un 3%, con Alphabet impulsada por la nueva participación de Berkshire Hathaway.
Bitcoin como termómetro: cuando cae la especulación, caen las acciones
Otro síntoma de la semana fue el desplome de bitcoin, que encadena semanas con fuertes caídas. Su comportamiento no afecta directamente al S&P 500, pero sí actúa como referencia del apetito por riesgo extremo. Cuando bitcoin pierde tracción, suele anticipar una reducción del apetito por activos especulativos, algo que se reflejó en la renta variable.
La Fed salva el cierre: el viernes cambia el guion
Cuando parecía que la semana cerraría con tono oscuro, llegó el giro de guion: John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, afirmó que aún “ve margen para recortar tipos en diciembre”. Las declaraciones tiraron de la renta variable: la rentabilidad del Treasury a 10 años cayó hacia el 4,07% y los principales índices cerraron al alza, con el Dow ganando cerca de 500 puntos. El mensaje queda claro: en 2025, la Reserva Federal sigue siendo la palanca que decide el pulso del mercado.
En resumen, fue una semana de cortocircuito: euforia tecnológica que se apaga, daños técnicos, volatilidad que vuelve a escena y, finalmente, un rescate monetario que suaviza el golpe. Wall Street demuestra de nuevo que su rally tiene fuerza, pero también límites.
