Guerra en Ucrania | Energía

Un dron ucraniano golpea la mayor planta petroquímica de Gazprom en Salavat

Un ataque con drones alcanzó este miércoles las instalaciones de Gazprom Neftekhim en Salavat, Bashkortostán, a 1.400 kilómetros de la frontera ucraniana. La planta es uno de los mayores complejos petroquímicos de Rusia y quedó parcialmente paralizada tras registrarse un incendio y columnas de humo visibles en la zona.

Ucrania
EPA/CLAUDIO GIOVANNINI
Un dron ucraniano golpea la mayor planta petroquímica de Gazprom en Salavat EPA/CLAUDIO GIOVANNINI

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha sumado un nuevo episodio de alto impacto económico y simbólico. El gobernador de Bashkortostán, Radiy Khabirov, confirmó que la planta de Gazprom Neftekhim Salavat fue atacada por drones, lo que obligó a suspender temporalmente las operaciones y desplegar a los servicios de emergencia para contener el fuego. El complejo, considerado estratégico, produce derivados del petróleo, polímeros y fertilizantes, y es uno de los mayores contribuyentes industriales de la región.

Imágenes difundidas en redes sociales —aún no verificadas de manera independiente— muestran columnas de humo negro elevándose sobre las instalaciones, mientras los equipos de bomberos intentaban controlar el incendio. El ataque, que se produjo a más de 1.400 kilómetros de la frontera ucraniana, evidencia la capacidad de los drones de largo alcance utilizados por Kiev y el alcance cada vez más profundo de sus operaciones dentro del territorio ruso.

Los ataques contra instalaciones energéticas rusas han aumentado en los últimos meses, afectando tanto refinerías como terminales de combustible en diferentes regiones. Ucrania busca minar la capacidad logística y financiera de Moscú, atacando sectores clave como el petróleo y la petroquímica. Según analistas militares, la elección de objetivos industriales pretende no solo dificultar el esfuerzo bélico ruso, sino también enviar un mensaje de vulnerabilidad hacia infraestructuras alejadas del frente.

Gazprom, el mayor productor de gas de Rusia y pilar de su balanza comercial, no ha ofrecido comentarios inmediatos sobre la magnitud de los daños ni sobre la posible afectación a su producción. Sin embargo, el ataque a la planta de Salavat podría repercutir en la cadena de suministro petroquímica, tanto a nivel doméstico como en las exportaciones de productos refinados.

Este nuevo golpe llega en un momento de alta tensión en el tablero energético global. Moscú, que ya enfrenta sanciones internacionales y restricciones a sus exportaciones de hidrocarburos, ve cómo Ucrania lleva la guerra más allá del frente militar, debilitando su capacidad de sostener ingresos clave. Para los mercados, cualquier interrupción en las operaciones de Gazprom alimenta la incertidumbre sobre la estabilidad de los flujos energéticos y presiona al alza los precios internacionales de gas y derivados.

La guerra se libra ahora también en el terreno económico y energético. Con ataques como el de Salavat, Kiev busca no solo limitar los recursos financieros de Moscú, sino también demostrar que ninguna infraestructura estratégica rusa está fuera de su alcance.

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