NatWest admite “fallos graves” al cerrar la cuenta del ‘ultra’ Farage, pero defiende su legalidad

El regulador británico examinará la gobernanza de NatWest y su filial

MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

El banco británico NatWest, denominación actual del antiguo Royal Bank of Scotland (RBS), ha admitido que se cometieron “fallos graves” en el cierre de la cuenta que Nigel Farage, el antiguo líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), en el banco privado Coutts, filial de la entidad, aunque subraya que la decisión fue legal y adoptada de acuerdo con las políticas y procesos bancarios pertinentes.

Según recogen las conclusiones de la investigación independiente al respecto encargada por el banco a la firma Travers Smith, sobre el cierre de la cuenta de Farage y el posible incumplimiento de confidencialidad relativa a la información de sus clientes, la decisión “fue legal y se tomó de acuerdo con las políticas y procesos bancarios pertinentes”, aunque también identifica una serie de deficiencias en cómo se adoptó, cómo se comunicó el banco con el afectado y cómo trató su información confidencial.

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“Este informe expone una serie de fallos graves en el trato dado al señor Farage”, reconoce el presidente de NatWest, Howard Davies, para quien, si bien Travers Smith confirma la base legal de la decisión, las conclusiones establecen “claras deficiencias”.

“Pedimos disculpas una vez más al señor Farage por cómo lo han tratado. Su experiencia no cumplió con los estándares que cualquier cliente debería esperar”, afirma.

De este modo, la entidad se ha comprometido a implementar todas las recomendaciones hechas por Travers Smith, realizando cambios sustanciales en sus políticas y procedimientos, en particular para garantizar que las creencias u opiniones de los clientes legalmente protegidas no desempeñen ningún papel en la toma de decisiones.

La polémica suscitada por el cierre de la cuenta que Nigel Farage mantenía en Coutts, que el antiguo líder de UKIP vinculó a sus posiciones políticas, ya supuso la dimisión en julio de la consejera delegada de NatWest, Alison Rose, después de que la banquera hubiese hablado del caso con la cadena BBC.

En este sentido, la investigación independiente de Travers Smith señala que la decisión se tomó en una reunión del Comité de Riesgo Reputacional del Patrimonio en noviembre de 2022, sin la participación de Rose, subrayando que “fue legal” y no representó una violación directa o indirecta de las normas aplicables y se tomó “de acuerdo con las políticas y procesos bancarios pertinentes”.

En definitiva, la decisión de salida “fue predominantemente una decisión comercial”, ha señalado la entidad británica en referencia a la opinión de Coutts de que su relación con Nigel Farage “era comercialmente inviable porque generaba pérdidas significativas” sin que fueran relevantes los criterios de elegibilidad.

Asimismo, el informe apunta que también hubo otros riesgos más allá del comercial considerados como parte del proceso de toma de decisiones, destacando el riesgo que Coutts percibía para su reputación ante los ojos de sus partes interesadas, aunque, en opinión de Travers Smith, las declaraciones públicas del señor Farage sobre diversas cuestiones “no fueron un factor determinante”, sino más bien apoyaron la decisión.

“Coutts tenía el derecho contractual de cerrar la cuenta del Sr. Farage y la decisión se tomó de acuerdo con las políticas y procesos bancarios pertinentes”, concluye la investigación.

Por otro lado, en cuanto al tratamiennto de la información confidencial del cliente, admite que esta puedo transmitirse “expresa o implícitamente” por Alison Rose a la BBC.

Asimismo, el informe apunta que Coutts no prestó la debida atención a los intereses de Nigel Farage y no le trató de manera justa, lo que también podría constituir una infracción regulatoria, aunque advierte de que esto es una cuestión que debe decidir el regulador pertinente.

En este sentido, la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA) ha anunciado que está examinando el funcionamiento la gobernanza de ambas firmas, así como los sistemas y los controles de las entidades para identificar y abordar cualquier deficiencia significativa.

“Este trabajo de supervisión incluirá el uso de nuestros poderes legales de recopilación de información, entrevistas con el personal bancario relevante y revisiones de políticas o procedimientos apropiados”, ha explicado el regulador.

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