La plata rompe la barrera de los 65 dólares y marca récord: el mercado se refugia mientras caen los rendimientos
La plata ha alcanzado un nuevo máximo histórico por encima de los 65 dólares la onza, impulsada por un repunte de la demanda inversora en un contexto de tipos a la baja en EE. UU. y mayor apetito por activos “no rentables” como los metales preciosos. El movimiento se extiende a otros metales, con el oro también en niveles récord y el mercado releyendo el binomio inflación–crecimiento de cara a 2026.
Rally histórico: la plata conquista los 65 dólares por onza
La plata ha escalado este martes a un nuevo récord, superando la cota de los 65 dólares por onza en un movimiento que confirma el protagonismo de los metales preciosos en el cierre de 2025. En las últimas cotizaciones recogidas por plataformas de mercado, el metal blanco se movía en torno a 65,25 dólares, con un avance cercano al 2,5%. El hito no es menor: supone una ruptura de máximos que reaviva el debate sobre si el rally responde a un “flight to quality” clásico o a una combinación más compleja de demanda industrial, déficit de oferta y expectativas de tipos.
El catalizador macro: el recorte de la Fed y la caída de rendimientos
El trasfondo que más ha contribuido a encender la mecha es monetario. El último recorte de tipos de la Reserva Federal en diciembre ha favorecido el descenso de rendimientos de la deuda y ha mejorado el atractivo relativo de activos sin cupón, como el oro y la plata. En un entorno de rentabilidades reales más bajas, el “coste de oportunidad” de mantener metales preciosos disminuye y la demanda financiera tiende a intensificarse. Informes de mercado recogidos esta semana señalan precisamente esa dinámica: tipos a la baja, rendimientos en retroceso y renovado interés por metales como cobertura y reserva de valor.
Contagio positivo en el complejo de metales: oro firme, platino al alza
El movimiento no se limita a la plata. El oro también ha avanzado, consolidando precios por encima de los 4.300 dólares por onza en las últimas sesiones, respaldado por el mismo mecanismo de tipos y por flujos defensivos. En paralelo, el platino ha mostrado tono alcista, mientras que el paladio se ha comportado con más volatilidad, alternando subidas y caídas según el pulso del sector automoción, la demanda industrial y la lectura de inventarios.
¿Por qué la plata “corre” más que el oro?
La plata tiende a amplificar los movimientos por su doble naturaleza: es metal precioso, pero también un insumo industrial. Reuters ha destacado en días recientes que el metal blanco acumula fuertes ganancias en 2025, apoyado por restricciones de oferta e impulso de demanda industrial, además del componente inversor. Esa mezcla explica por qué, cuando el mercado se inclina hacia refugio y al mismo tiempo mantiene expectativas de actividad suficiente para sostener el uso industrial, la plata puede comportarse como un activo “apalancado” frente al oro.
El factor déficit: un mercado ajustado que alimenta la narrativa
A la ecuación se suma una narrativa cada vez más repetida entre bancos y analistas: el mercado de la plata viene arrastrando un desequilibrio de oferta y demanda que, según proyecciones, podría moderarse en 2026. Morgan Stanley, por ejemplo, ha señalado que 2025 podría marcar el pico del déficit de oferta de plata, con la expectativa de que la demanda asociada a instalaciones solares se enfríe el próximo año. Esa visión introduce un matiz importante: parte del rally puede estar incorporando un “premio” por escasez que no necesariamente será lineal si cambian los motores de consumo.
Riesgos de corto plazo: dólar, datos macro y toma de beneficios
Tras una ruptura de máximos, el mercado suele enfrentar dos riesgos inmediatos. El primero es el dólar: si se fortalece, tiende a presionar a la baja los metales denominados en USD. El segundo es la macro: datos de empleo e inflación que reaviven un sesgo más restrictivo pueden elevar rendimientos y enfriar el apetito por metales. Reuters ha subrayado que los inversores siguen muy pendientes de las próximas referencias estadounidenses, precisamente porque pueden reordenar expectativas de política monetaria y provocar episodios de toma de beneficios tras subidas verticales.
Récord sí, pero con volatilidad estructural
Que la plata haya superado los 65 dólares confirma un rally excepcional y el giro de los metales preciosos a “activo protagonista” en 2025. Pero también refuerza una idea operativa: en niveles de récord, la volatilidad suele aumentar. El recorrido dependerá de si la Fed mantiene el sesgo de tipos a la baja, de la trayectoria del dólar y de si el componente industrial (incluida la transición energética) sostiene la demanda. En ese cruce de fuerzas, la plata puede seguir brillando… o corregir con la misma intensidad con la que ha subido.