Pide la ayuda de 3.000 euros para autónomos del Kit Digital porque acaba pronto y se queja: "Tiene trampa"
Lo que empezó como una ambiciosa apuesta por la digitalización de pymes y autónomos en España, se ha convertido para muchos en una trampa financiera sin salida. El Kit Digital, impulsado por el Gobierno y financiado con más de 3.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation, prometía ser el motor que impulsaría a miles de pequeños negocios hacia el siglo XXI digital. Pero la realidad, sobre todo para quienes ejecutan los servicios, ha sido mucho más dura y menos prometedora. La ayuda acaba el 31 de octubre, pero tiene trampa.
La teoría: ayudas directas de hasta 12.000 euros
El programa fue diseñado para subvencionar la creación de páginas web, la gestión de redes sociales, la implantación de soluciones de facturación electrónica, CRMs, ciberseguridad y otros servicios TIC. Los beneficiarios finales, pymes y autónomos, pueden recibir entre 2.000 y 12.000 euros, según su tamaño. El procedimiento parece simple: se solicita la ayuda, se firma un acuerdo con un Agente Digitalizador (AD), se presta el servicio, se justifica el trabajo, y se cobra.
Sin embargo, la realidad de los más de 10.000 agentes inscritos —desde autónomos hasta agencias medianas y multinacionales— dista mucho de esa aparente facilidad. Muchos no han cobrado nada meses (o más de un año) después de haber entregado el servicio.
La práctica: anticipar gastos, endeudarse y rezar por cobrar
“He tenido que pedir una línea de crédito para hacer frente a mis gastos”, explica uno de los agentes en un grupo de Telegram donde decenas de profesionales comparten sus experiencias. Otro añade: “He incluido una cláusula para que si en 4 meses no pagan, sea el cliente quien adelante el dinero”. Y no falta quien ha tirado la toalla: “He dejado de trabajar con proyectos del Kit Digital porque me estaban llevando a la ruina”.
El mayor problema no es la falta de demanda, sino que el cobro depende de una justificación administrativa compleja y lenta. Si bien desde Red.es, entidad encargada de la gestión junto al Ministerio de Asuntos Económicos y las Cámaras de Comercio, aseguran que los pagos se realizan en 60 días tras la aprobación de la justificación, hay decenas de casos documentados donde el dinero ha tardado más de un año en llegar.
Una oportunidad que se convierte en riesgo
José Hernández, director de la agencia 2 Veces Marketing, lo resume así:
“Sería hipócrita decir que no es una ayuda útil, pero tal y como se ha planteado, muchos la hemos sufrido. Especialmente pequeñas empresas”.
Hernández lidera junto a otros profesionales el Observatorio del Kit Digital, que busca negociar mejoras con Red.es y las Cámaras. En su caso, llegó a acumular 250.000 euros pendientes de cobro, lo que puso en jaque su operativa.
Y mientras los Agentes Digitalizadores esperan, el Estado ya ha cobrado el IVA íntegro de esos servicios, aunque el resto del importe tarde meses en llegar.
Bancos vendiendo el Kit y las grandes empresas copando las ayudas
Uno de los aspectos más criticados es el intrusismo y la concentración de subvenciones en manos de grandes compañías. Aunque el programa fue pensado para ser ejecutado por pymes, no existe un límite de facturación para ser agente. Esto ha permitido que multinacionales, empresas de telecomunicaciones e incluso bancos hayan accedido al programa y lo revendan entre su red de clientes.
“En el banco me ofrecieron el Kit Digital. Me quedé a cuadros, pero luego entendí que revenden el contacto a un tercero”, explica otro usuario.
Según datos del Observatorio, mientras que el 97% de los Agentes Digitalizadores son pymes, el 20% del volumen total de subvenciones va a parar a solo el 3% de las empresas más grandes.
Un modelo que necesita ajustes urgentes
Desde Red.es defienden que el programa ha funcionado mejor que otros en Europa y que el 90% de los agentes seguirán firmando convenios, pero lo cierto es que hay una sensación creciente de que el Kit Digital ha sido diseñado sin tener en cuenta la realidad operativa de los pequeños proveedores.
A eso se suman la falta de claridad en las justificaciones, plantillas que cambian constantemente, y una plataforma que, en sus inicios, se caía continuamente o daba errores graves.
Digitalización a costa de los digitalizadores
El Kit Digital ha permitido que miles de pequeñas empresas accedan a servicios digitales que de otra forma no habrían contratado. Pero el precio lo están pagando aquellos que ejecutan los trabajos, muchos de ellos autónomos y agencias pequeñas que han tenido que endeudarse para sostener sus operaciones.
La paradoja es evidente: el mayor programa de ayudas digitales de la historia de España puede terminar arrastrando a la quiebra a parte del tejido que debía ejecutarlo. Si no se corrige el modelo de pagos, la digitalización acabará devorando a los digitalizadores.