Nasdaq 100 futuros +0,4% y Dow Jones casi plano mientras el oro rompe los 4.400 dólares
Wall Street arranca la semana navideña con futuros ligeramente en verde y el foco dividido entre la expectativa de nuevos recortes de la Fed y la señal que envía el mercado: el oro marca máximos históricos por encima de 4.400 dólares, un movimiento que mezcla optimismo por tipos más bajos con búsqueda de refugio.
Futuros en Wall Street: tono constructivo, pero sin euforia
Los futuros de las bolsas estadounidenses comienzan la semana de Navidad con un sesgo ligeramente positivo, en un entorno típico de final de año: menor volumen, carteras más “ligeras” y un mercado especialmente sensible a titulares y movimientos bruscos en activos refugio. En la madrugada del lunes, el Dow Jones se movía prácticamente plano, mientras el S&P 500 y el Nasdaq 100 avanzaban alrededor de un 0,3% y un 0,5%, respectivamente, alimentando la narrativa del “rally de Navidad” en una semana recortada por festivos.
La lectura del mercado es matizada. Por un lado, los inversores mantienen el apetito por riesgo tras el rebote de la semana previa y la expectativa de un aterrizaje suave. Por otro, el repunte simultáneo de metales preciosos sugiere que parte del dinero busca cobertura: no es una contradicción, sino la fotografía típica de un tramo del año donde la liquidez disminuye y cualquier sorpresa macro o geopolítica puede amplificarse.
Oro en máximos: por qué superar los 4.400 $ importa
El gran protagonista de la sesión, sin embargo, no es un índice bursátil. Es el oro. El metal ha marcado un nuevo récord al rebasar por primera vez los 4.400 dólares por onza, impulsado por la combinación de expectativas de recortes de tipos en Estados Unidos y una renovada demanda de refugio. En el mercado al contado, el oro se situaba cerca de los 4.397 $ tras tocar máximos intradía por encima de 4.400 $, mientras los futuros también subían con fuerza. Este movimiento refuerza una tesis central: en un entorno de tipos que podrían bajar y un dólar menos firme, el coste de oportunidad de mantener oro disminuye, y el activo gana atractivo como seguro de cartera.
Además, el contexto de 2025 ha sido excepcional para los metales: el oro acumula una subida cercana al 67% en el año, con un soporte adicional de compras institucionales y un mercado que sigue descontando recortes en 2026. En paralelo, la plata también ha renovado máximos históricos, confirmando que no se trata solo de un “trade” puntual, sino de una tendencia más amplia de posicionamiento en materias primas y activos reales.
La “doble lectura” del mercado: recortes de la Fed y búsqueda de refugio
La clave de interpretación es la “doble lectura”. El optimismo en renta variable se apoya en la idea de que una política monetaria más acomodaticia sostiene valoraciones, especialmente en sectores de crecimiento. Pero el rally del oro revela que los inversores no compran un escenario lineal. Prefieren estar expuestos a la subida de la bolsa sin renunciar a protección ante dos riesgos: que el ciclo se enfríe más rápido de lo esperado o que un shock externo reavive la volatilidad.
En la práctica, el mercado está intentando cuadrar el círculo: celebrar la posibilidad de tipos más bajos, sin ignorar que los recortes suelen llegar cuando la economía pierde tracción. Por eso, en sesiones como esta, el termómetro no es solo el Nasdaq 100, sino también el comportamiento del oro, del dólar y de la curva de tipos.
Semana navideña: menos sesiones, más sensibilidad
El calendario también condiciona. La semana es más corta por las festividades, con el mercado estadounidense operando con horarios especiales y el cierre de Navidad reduciendo la profundidad de negociación. En este tipo de tramos, las subidas pueden acelerarse por falta de papel vendedor, pero también ocurre lo contrario: una noticia inesperada puede generar desplazamientos mayores de lo normal porque hay menos contrapartida.
Por eso, más que “adivinar” un cierre alcista, el enfoque de muchos gestores se centra en la gestión táctica: mantener exposición a un posible impulso de fin de año, pero con stops y coberturas más estrictas. La subida del oro funciona aquí como una señal de que esa prudencia no es marginal, sino que está integrada en el posicionamiento.
Qué vigilar a partir de ahora
Con el oro liderando titulares, el mercado seguirá pendiente de cualquier comentario que altere el ritmo esperado de recortes, de los datos macro que aún se publiquen antes de fin de año y, especialmente, de cómo se comporta la renta variable en un entorno de menor volumen. Si el “rally” se consolida, lo normal sería ver continuidad en índices como el S&P 500 y el Nasdaq, pero con episodios de volatilidad intradía. Si, por el contrario, el oro sigue acelerando y el dólar se fortalece, podría interpretarse como una rotación defensiva y un aviso para la renta variable.
En definitiva, el inicio de semana deja un mensaje claro: Wall Street intenta avanzar, pero la brújula del mercado no está solo en los índices. Está, cada vez más, en lo que el oro está diciendo sobre tipos, confianza y riesgo.
