Un gestor ve margen para un rally histórico en Wall Street

Las 7 razones por las que el S&P 500 podría superar los 7.000 puntos antes de 2025, según Pablo Campos

¿Puede el S&P 500 firmar un último estirón y superar los 7.000 puntos antes de que termine 2025? Para Pablo Campos, managing partner de CH1EF, la respuesta es que sí… al menos, en términos de probabilidad. Su visión combina factores de liquidez, política monetaria, estacionalidad del mercado y presión sobre los gestores que, juntos, podrían desencadenar un rally de fin de año mucho más potente de lo que descuenta hoy el consenso. Estas son las siete palancas que, según su análisis, pueden cambiar el tono de Wall Street en las próximas semanas.

Captura de pantalla del vídeo donde Pablo Campos analiza el posible rally del S&P 500 antes de fin de año.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
S&P 500 rumbo a los 7.000 puntos: siete razones para un cierre de año alcista

La pregunta sobrevuela los despachos de inversión: ¿queda gasolina para que el S&P 500 marque nuevos máximos y supere los 7.000 puntos antes de que termine 2025? Para Pablo Campos, managing partner de CH1EF, la respuesta es que el mercado podría estar infravalorando la combinación de varios factores que actúan a la vez y que, de activarse, desencadenarían un rally de fin de año más intenso de lo que descuenta hoy el consenso.

 

Su tesis se apoya en siete motores que van desde la liquidez post cierre del Gobierno de Estados Unidos hasta un posible cambio de tono en la Reserva Federal, pasando por la estacionalidad de la semana de Acción de Gracias y la presión creciente sobre los gestores que van por detrás del índice.

1. Más liquidez tras el cierre del Gobierno

El primer pilar del análisis de Campos es la reapertura del Gobierno estadounidense. El fin del cierre libera partidas presupuestarias, pagos atrasados y licitaciones congeladas, lo que se traduce en nuevos flujos de liquidez hacia la economía real y, por extensión, hacia los mercados financieros.

Ese “oxígeno” adicional puede alimentar la toma de riesgo en renta variable en un momento en el que muchos inversores estaban a la espera de claridad política y fiscal. Para Campos, este factor actúa como un catalizador silencioso que aún no está plenamente incorporado en los precios.

2. La Fed y el posible recorte de tipos en diciembre

El segundo motor es la expectativa de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal en diciembre. Aunque el banco central mantiene oficialmente un mensaje prudente, el mercado ha incrementado de forma notable las probabilidades de un movimiento a la baja.

Un recorte adicional en la parte final del año reforzaría la narrativa de un “aterrizaje suave” de la economía y apoyaría las valoraciones de los activos de riesgo, dando al S&P 500 un argumento adicional para escalar hacia niveles como los 7.000 puntos.

3. Estacionalidad: Acción de Gracias y rally de cierre de año

La estacionalidad es el tercer elemento. Históricamente, la semana de Acción de Gracias y el tramo final del año han mostrado un sesgo alcista en los mercados estadounidenses. Muchos gestores aprovechan este periodo para “maquillar la foto” de sus carteras antes de cerrar el ejercicio.

Si a este patrón se le suma un entorno de tipos potencialmente más favorable y un repunte del apetito por el riesgo, el resultado puede ser una extensión del rally más allá de lo que hoy anticipan los modelos más conservadores.

4. Mercado sobrevendido y pesimismo extremo

Campos pone el foco también en las condiciones técnicas: el S&P 500 ha llegado a mostrar niveles de sobreventa poco frecuentes, acompañados de un elevado grado de escepticismo en encuestas de sentimiento.

Paradójicamente, ese pesimismo es, para él, una buena señal. Los fosos de mercado suelen coincidir con momentos en los que “nadie quiere comprar” y los indicadores de confianza están deprimidos. Desde esa perspectiva, un rebote fuerte sería coherente con el manual clásico del análisis contrarian.

5. Nuevo presidente de la Fed y factor político

Otro punto clave es el relevo en la presidencia de la Fed. El mercado especula con un candidato percibido como más flexible en materia de tipos de interés, lo que podría anclar las expectativas de una política monetaria menos restrictiva de cara a 2026.

A esto se suma el contexto de la administración Trump, que ha hecho bandera de los estímulos y la desregulación como palancas de crecimiento. Campos interpreta este binomio como un entorno potencialmente muy favorable para la renta variable estadounidense.

6. Viento de cola para 2026: rebajas fiscales y estímulos

Mirando un poco más allá del cierre de 2025, el gestor ve en 2026 un año con viento de cola: posibles rebajas fiscales, mayor desregulación y estímulos dirigidos tanto a familias como empresas. Ese horizonte contribuye a que los inversores estén dispuestos a anticipar parte de las subidas ya en los próximos meses.

En su opinión, el mercado no solo descuenta el presente, sino que “empieza a poner en precio el próximo ciclo de crecimiento”, lo que dejaría espacio para que el S&P 500 explore niveles inéditos.

7. El 78% de los gestores va por detrás del mercado

Por último, Campos señala un dato que considera determinante: aproximadamente un 78% de los gestores estaría rindiendo por debajo del índice. Eso genera un poderoso incentivo para sumarse al rally si este se acelera.

En la práctica, significa que cualquier ruptura al alza podría desatar un efecto arrastre: gestores que compran para cerrar el año dignamente, alimentando aún más la subida y reforzando el momentum alcista.

¿Escenario probable o demasiado optimista?

¿Implica todo esto que los 7.000 puntos en el S&P 500 estén garantizados antes de que acabe 2025? En absoluto. El propio análisis admite riesgos: desde sorpresas macro hasta shocks geopolíticos. Pero, según Campos, el mercado podría estar infravalorando la suma de estos siete factores. Y, si todos se alinean, el tramo final del año podría todavía dar más de una sorpresa a los escépticos de Wall Street.

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